jueves, 31 de mayo de 2012

LENINGRAD L-1 (1933)


La industria automotriz soviética apuntaba bien alto en los años 30, y el caso del Leningrad L-1 es una de las exquisitas perlas de la historia del automóvil.

Antes que la Segunda Guerra Mundial redireccionara forzosamente las políticas de producción de la industria de aquél país, sus factorías se encontraban abocadas al desarrollo automotor, inspirado principalmente en los modelos norteamericanos.

La factoría de Krasny Putilovets se dedicaba a la fabricación de tractores Fordson. Allí se comenzó a fabricar un automóvil de lujo basado en el Buick 32-90 de 1932.

Era un coche de siete plazas, con motor de 5.650 cc, que rendía 105 CV, con una carrocería de estructura de madera y láminas de metal.

El objetivo era fabricar 2.000 unidades de ese lujoso coche, que era el máximo exponente en tecnología y lujo de la industria americana contemporánea. Los jerarcas del Partido habían conocido los coches de representación en sus viajes a los países occidentales, y pretendían que la industria local los produjera también.

Quizás precisamente los soviéticos, en su orgulloso afán de mostrar el triunfo de su industria automovilística apuntaron demasiado alto con sus pretensiones y ese sofisticado modelo no fue la mejor elección. Sus mas de 5.500 piezas constitutivas y su tecnología de punta era muy difícil de reproducir con escasez de medios materiales y técnicos. 

Se construyeron seis unidades con el objetivo de ser presentadas en el desfile conmemorativo de la revolución bolchevique, a celebrarse en la Plaza Roja de Moscú en octubre de 1933.

Las seis unidades estuvieron listas, y se dirigirían por sus propios medios recorriendo la distancia desde Leningrado hasta Moscú para tal acontecimiento.

Sucesivos problemas mecánicos fueron afectándolas, al punto de que ninguna de las máquinas pudo completar el recorrido, no pudiendo participar del desfile. Es la historia de uno de los más grandes fracasos de la industria automovilística mundial. Los seis Leningrad se despidieron a la manera del Titanic, sin completar su primer viaje. La fábrica de Krasny Putilovets volvió a fabricar tractores y maquinaria pesada.
La miniatura es Hongwell.
CRUISER

8 comentarios:

  1. Mala idea hacer un raid de Leningrado a Moscú (700 kms creo), con el estado que deben haber tenido las rutas soviéticas en esos años.
    Resultado lógico.
    La miniatura muy linda, me encanta el "L-1" sobre la cubierta de auxilio.
    Abrazos!

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    1. Es cierto Juanh, seguramente era un esfuerzo al que jamás sería sometido un coche de este tipo en condiciones de uso normal. Si buscaban un auto de lujo sin dudas no iba a ser un todoterreno. Por eso les fue mucho mejor cuando hicieron vehículos adaptados al off road y a los duros caminos del país.
      Saludos!

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  2. Cruiser, ud me está matando!!!! Ese auto es una exquisitez y encima viene con una historia hermosa, como el coloso de Rodas... Ya lo quiero, si hago una lista de autos envidiables, este es top five.

    Saludos!!!!!

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    1. Vasco, es ésta otra historia de "perdedores" como dijo acá alguna vez un colega. Si de verdad lo querés mandáme un email privado y vemos la forma de conseguirlo.
      Saludos!!

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  3. Esta bárbaro y terriblemente parecido al Mercedes 260, sobre todo en la trasera con el maletero.
    Excelente pieza!

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    1. Es cierto, es muy parecido a aquel Mercedes. Y también es verdd que al igual que ahora, en aquellos años también todos los autos se parecían...
      Saludos!

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  4. Lástima por los autos, seguro se veían muy bien y como dice el dicho, zapatero a sus zapatos. El modelo está muy bello, se ve muy occidental.

    Saludos !!

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  5. deja vu.
    porque conozco la historia y seguramente de este blog pero no encuentro comentario.
    de todos modos la historia vale la pena para leerla màs,
    gracias por refrescar!

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