El joven y talentoso
diseñador Luis Varela, había imaginado crear un automóvil GT partiendo desde
cero, con un diseño inédito. Varios fueron los dibujos y prototipos que llevó a
cabo previamente desde 1966, para que luego todas las ideas y soluciones
técnicas se plasmaran finalmente en un modelo de serie, aunque la misma fuera
limitada.
No era fácil en aquellos años producir un coche con carrocería y chasis de diseño propio en Argentina, pero entusiasmo e ideas eran lo que sobraba. Era la plena época de los Sport Prototipos y la explosión creativa era imparable.
El modelo fue construído por el concesionario Automotores 9 de Julio, de esa ciudad de la provincia de Buenos Aires. La carrocería era obra de Lito Cits, quien realizó el habitáculo en acero, mientras que trompa y cola eran de aluminio para el prototipo, luego, en la construcción seriada ambos elementos posterior y anterior eran de plástico, y salían del taller de Jorge Cepeda, en Bolívar, provincia de Buenos Aires.
El chasis fue obra de Spina Hermanos, y era de estructura de travesaño central de acero, reforzado con escuadras transversales. Su resistencia le permitía albergar motores de hasta 2000cc, aunque el Andino tenía el motor Renault Gordini de 850cc.
El frontal era muy afilado y agresivo. El parabrisas era envolvente y de gran visibilidad, Tenía un solo limpiaparabrisas estilo deportivo, con configuración de paralelo. Por atrás era semifastback, y su sector trasero se asemejaba mucho a las Liebe de TC, utilizando incluso los pilotos de acrílico de Torino. Las ventanas también avanzaban en curva sobre el techo, dando gran luminosidad interior. El panel de instrumentos interior er muy completo y estaba ubicado en el centro del tablero.
Juan Manuel Fangio fue un entusiasta del modelo, y sostenía que a nivel diseño y tecnología, el Andino no tenía nada que envidiarle a los Gran Turismo europeos contemporáneos, ayudando de esta manera a la difusión del proyecto entre los entusiastas de los autos especiales.
Tenía numerosos componentes mecánicos provenientes de Renault, lo que lo hacía accesible en precio y en caso de reparaciones o recambio de repuestos. Además, contaba con garantía y respaldo oficial de IKA-Renault.
Se estima que unas 50 unidades de este “fuera de serie” fueron terminadas en total, y unas pocas sobreviven al día de hoy. El modelo pertenece a la colección “Autos Inolvidables Argentinos” y es otra de las gratas sorpresas que nos deparó esa serie. Tiene retoques de color en interiores y motor.
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