lunes, 28 de diciembre de 2020

FORD FALCON RURAL DELUXE (1970)

 

La versión familiar del Falcon fue lanzada en 1968, seis años después de la aparición en el mercado del sedán. Se trataba de un desarrollo local que presentaba algunas diferencias respecto de sus similares estadounidenses y australianos. La versión argentina presentaba la misma distancia entre ejes que el sedán, a diferencia de las extranjeras, que tenían una batalla mayor.

 


El Falcon Rural estuvo disponible en su inicio en versiones Deluxe y Futura, y posteriormente Estándar y Deluxe. Acompañó al modelo durante el resto de su vida comercial, siendo discontinuada en 1991. Desde su aparición se convirtió en un coche elegido por las familias de clase media argentinas.

 


Los modelos Deluxe se distinguían exteriormente por la presencia de varios elemtnos cromados, y cuatro faros principales en la parrilla. Este rediseño fue exclusivo de Argentina.

 


Todas las Rurales tenían dos motorizaciones, las de 188 y 221 pulgadas cúbicas, ambas plantas motrices eran de origen australiano. Ambas mecánicas estaban asociadas a una caja manual de tres velocidades.

El esquema de suspensiones también era desarrollo local y estaba adaptado a los caminos y calles argentinos. El vehículo había logrado un buen balance de robustez y confort, con o sin carga.

La posición de manejo era uno de sus puntos mas criticados, ya que la butaca enteriza carecía de regulaciones y el volante tampoco las tenía.

 


El modelo Rural acompañó las sucesivas modificaciones mecánicas y cambios estéticos que sufrió el coche hasta el cese de su producción. 

 


Los frenos de fábrica eran a tambor, los de discos delanteros eran opcionales. La aceleración de 0 a 100 demoraba 15 segundos y la velocidad máxima era de 155 km/h.

 

La miniatura correponde a la serie “Autos Inolvidables Argentinos” de Salvat, y tiene retoques de color en sus interiores.

 

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jueves, 24 de diciembre de 2020

CRESPI TULIA GT (1969)

 

A finales de la década de los 60s, el joven preparador Tulio Crespi cosechaba los primeros de su larga lista de éxitos en las categorías de automovilismo deportivo argentino. Su actividad se desarrolló en Fórmula Renault, TC y TC2000.

 


Cuenta la historia que a raíz de un accidente sufrido por el piloto Nasif Estéfano a bordo de un Torino en el Turismo de Carretera, los restos deformes de ese coche fueron a parar a los talleres de Crespi. A partir de esa coupé, el talentoso artesano de los “fierros” desarrolló un prototipo llamado Crespi Torino, que el público y la prensa no tardaron en denominar “El Petiso”.

 


Tomando los principios del “Petiso”, Crespi desarrolló lo que luego se llamaría “Tulia GT” y se convertiría en el primero de una camada de coches “fuera de serie” que se construirían en Argentina para intentar cubrir la demanda del público amante de los autos más extremos al estilo de los Muscle Cars americanos. Aquel prototipo tenía el motor retrasado 30 cm respecto a sus homólogos, y una caída de techo tipo fastback. Su potencia y comportamiento dinámico pronto lo llevaron al triunfo en la máxima categoría del automovilismo argentino. Tenía una altura total de un metro desde el piso y un despeje de 12 centímetros. 

 


A partir de aquel auto de competición, Crespi consideró que una versión de calle del mismo tendría éxito comercial, en un contexto en el que en el país las terminales no producían ese tipo de coches deportivos, sino que los que se consideraban como tales no dejaban de ser versiones de dos puertas de sedanes familiares. El Tulia GT fue el primer vehículo artesanal derivado de un Torino producido por un carrocero independiente en Argentina. Luego llegaron otros como Tiwle o Comahue. Y pudieron haber llegado otros locos inventos como las Liebre, Liebre II y Liebre III GT.

 


En 1975 Crespi se dio el lujo de exhibir en el Salón de París sus modelos Tulia y Tulietta, obteniendo gran repercusión, y el plan de Renault Argentina de apoyar comercialmente el lanzamiento de este último modelo como reemplazo del Renault 12 Alpine, proyecto que al final quedó trunco.


El Tulia GT tenía motor Tornado de 3.770cc y seis cilindros en línea. Rendía 176 HP y llegaba a los 200 km/h. La caja era la ZF de cuatro velocidades. Como opcional existía la posibilidad de equiparlo con carburador Weber y múltiple Macagno, lo que elevaba su velocidad máxima a los 230 km/h.


La carrocería había sido reducida en 40 centímetros. Las llantas eran de diseño específico producidas por la firma Ruedas Argentinas. 

 


La miniatura es de la serie “Autos Inolvidables Argentinos” de Salvat, y es una de las inesperadas y muy bienvenidas sorpresas de la colección. Tiene buenos detalles, aunque creo que debió ser distinta la caída del techo, que se asemeja mas a la del prototipo “El Petiso” que a los Tulia de producción. 

 


De todas maneras quise dejar esta entrada con la miniatura tal cual sale del blister y pensar en una modificación de la misma a futuro.

 

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domingo, 20 de diciembre de 2020

CRESPI TULIA GT PROTOTIPO (1969)

Decía Tulio Crespi en una nota para la revista Corsa de la época refiriéndose al Fuera de Serie de su invención: "hice un auto completamente distinto a todo lo conocido, aclará bien eso; no es una reforma, es totalmente distinto y hecho de punta a punta en mi taller. Del Torino original quedó la plataforma y parte de las puertas..., lo demás es todo nuevo".

 


La idea era fabricar una serie muy limitada del modelo, consistente en la producción de un vehículo por mes. En total llegaron a fabricarse alrededor de 40 unidades.

 


El primer Tulia GT producido difería ligeramente de lo que serían sus sucesores. Carecía de ventanillas laterales posteriores, las que fueron incorporadas a partir de los modelos de “serie”, si es que se los puede llamar así. 

 


Tenían equipamiento completo, que incluía reproductor de magazines, y radio con antena retráctil. Las ópticas delanteras principales estaban ocultas en el carenado de la trompa y se elevaban para su uso. 

 

Del Crespi Tulia GT "de producción" hablaremos en la próxima entrada . En la presente nos referiremos solamente al prototipo y primero de la serie, que tiene una historia muy especial. 



Al ser un auto artesanal, hubo diferencias entre las unidades. Las primeras tenían los pilotos traseros redondos y luego incorporaron los horizontales de las versiones mas modernas de Torino. 

 


De la misma procedencia eran los tableros. La caída del techo hacía que las plazas posteriores fueran un tanto incómodas, y el baúl había perdido su capacidad original, quedando la misma más restringida. 

 


La unidad que estamos viendo en esta entrada, es la número uno, el prototipo del cual luego derivaron las demás Tulias GT. Esta primera versión estaba pintada de color amarillo y fue utilizada por el propio Crespi. 

 


Su principal diferencia con las Tulias posteriores es que carecía de ventanillas traseras laterales. Tampoco tenía ventiletes en las puertas.


Ignoro el destino posterior de la misma, quizás algún informado lector del blog pueda ampliar al respecto, pero en 1978 apareció (levemente modificada) en la película “Los superagentes y el tesoro maldito”. 

 


El el filme muestra tener unos cambios respecto del primer prototipo, aunque mantiene el ancho pilar C sin su ventana lateral posterior. Le fueron cambiadas las llantas y los pilotos traseros por otros más modernos. 

 


Esta miniatura está retocada artesanalmente. Partí de la aparecida en la colección “Autos Inolvidables Argentinos de Salvat, según la foto que se ve en esta entrada a fin de comparar ambas versiones.


 
Corregí algunos fallos de la miniatura de Salvat, como ser la caída del techo, que para mi gusto debió ser horizontal inmediatemente después del parabrisas. Para ello corté los parantes A y limé los mismos para volver a pegarlos corrigiendo así el techo. 

 


Hubo de retocarse también el parabrisas. Rellené con masilla epoxi los vanos de las ventanillas traseras, agregué calcos en los parantes traseros. El color rojo fue reemplazado por el oiginal amarillo. Corregí la línea de cintura, que era recta en el primer prototipo, en lugar de ligeramente quebrada como en las unidades subsiguientes y como se aprecia en las fotos de la maqueta de Salvat.

 


Agregué faros auxiliares en la parrilla, tal cual aparecen en el vehículo de la película, y llantas de similar diseño a aquéllas. También fabriqué los faros traseros según los equipaba el Torino de aquel año 1978. El modelo de la película no tenía la antena retráctil, aunque juzgué oportuno dejarla en su lugar ya que es la posición típica del Torino y obedece a la ubicación original del prototipo. 

 


Pinté los interiores para simular cuerina blanca, para seguir acercándolo al modelo real elegido, y pinté un zócalo de color negro. También reemplacé el paragolpes trasero que traía la maqueta de Salvat por un paragolpes cromado original de Torino. Agregué también unos limpiaparabrisas de metal fotograbado.

 

Incorporé a esta entrada más fotos que las de costumbre, porque este Crespi Tulia amarillo fue el coche de mis sueños durante mi infancia. Lo consideraba entonces y lo considero ahora como el auto más hermoso que alguna vez se hubiera producido en el país.

La miniatura tiene muchas horas de trabajo artesanal. El resultado, como siempre digo, pudo ser mejor, y el lente de la cámara magnifica algunos errores o desprolijidades, pero en la vitrina luce como las que mas. Nuevamente agradezco a Darío y David Trevisán por el trabajo de pintura profesional.

 

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miércoles, 16 de diciembre de 2020

FORD SIERRA L (1984)

El revolucionario Ford Sierra tuvo en Argentina una versión de entrada, denominada “L”, que se complementaba con el motorizado con la mecánica 2,3 heredada del Taunus, que ocupaba el tope de la oferta.

 


Sin embargo, el motor 1,6 era mucho mas avanzado técnicamente que el viejo 2,3 de origen norteamericano que equipaba a la otra versión, cuya historia se remontaba a mas de una década atrás.

 


Si bien en principio la escasa cilindrada del motor en función al tamaño del auto presentó algunas dudas, el Sierra L 1,6 fue aceptado por el mercado, se convirtió en un combo conveniente de diseño moderno, tecnología de punta, buena relación peso/potencia, bajo consumo y buena relación precio/producto. 

 


Exteriormente se reconocía por un frontal distinto, con ópticas simples y unas ranuras centrales a modo de parrilla poco convencional. Perdía así el aire radical del Ghia, que carecía de parrilla alguna. Perdía algunos elementos de equipamiento interior y en el tablero. Las llantas eran de acero con un pequeño cobertor de tuercas central. Tampoco presentaba las molduras laterales de su hermano mayor. 

 


No contaba con pack eléctrico, ni aire acondicionado, el cual no era ni siquiera una opción. Este elemento de confort apareció recién en el modelo GL de 1987.


La caja era de cuatro cambios, y en 1985 se ofreció con cinco marchas. Los paragolpes con los que Ford Motor Argentina equipó al Sierra local eran los que utilizaban los modelos norteamericano, mucho mas voluminosos que los europeos, para dar al coche una sensación mayor de fortaleza. 

 


No contaba con asistencia a la dirección, yq eue el motor 1,6 era mas liviano que el 2,3 y su accionamiento no era tan difícil como en el caso de aquél. Los 75 CV de potencia del motor resultaban escasos, pero el perfil del comprador del coche no era deportivo, ya que para aquéllos existía la coupé XR4. Alcanzaba los 160 km/h y aceleraba de 0 a 100 en 14,6 segundos. Las suspensiones eran independientes en las cuatro ruedas, los frenos anteriores de discos y los traseros de tambor. 

 


Era el único auto de sus segmento con portón trasero que era en la práctica un cinco puertas, de configuración liftback, poco utilizada por aquellos años pero bastante común en las décadas siguientes.

La miniatura es de la colección de Salvat 80`s/90´s, con retoques de pintura en interiores, retoques en llantas y agregado de antena.

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sábado, 12 de diciembre de 2020

FORD SIERRA GHIA (1984)

 

Ford Motor de Argentina decidió fabricar el modelo Sierra, un liftback que en Europa había reemplazado a la línea Taunus / Cortina. La filial Argentina, inversión mediante de 80 millones de dólares, se convirtió así en el primer país extra euopeo donde se produjo el modelo, seguido luego de Venezuela, Estados Unidos, Sudáfrica y Nueva Zelanda.

 


El estilo del Sierra (basado en el prototipo Ford Probe III) era futurista y rupturista respecto a los cánones de diseño automotriz de aquellos años. Vino a establecer nuevos parámetros en la industria, algunos de los cuales perduraron por décadas. Sin embargo ésto no fue uniformemente ponderado en todos los mercados. Para los alemanes el coche fue muy admirado, pero para los usuarios ingleses estuvo muy lejos de ser exitoso.

 


En Argentina despertó las mismas encontradas pasiones que en el resto del mundo. Con el agregado de que aquí Ford hizo coexistir por unos años a los modelos de la marca más modernos y antiguos que haya tenido en producción simultáneamente en el mundo (Falcon y Sierra). 

 


El Sierra era un coche que se situó en el tope de la oferta argentina en aquellos años, compitiendo principalmente con el Peugeot505, ambos con tracción trasera y suspensiones posteriores independientes. Su esquema de suspensiones, carrocería, imagen exterior y confort interior no iban de acuerdo sin embargo, con la motorización elegida para el tope de gama. El viejo impulsor del Taunus, aunque mejorado en sus prestaciones y consumo, estaba muy desactualizado. Con 2,3 litros de cilindrada, apenas confería 105CV, y estaba todavía alimentado a carburador. 

 


El habitáculo era de generosas dimensiones, las plazas traseras eran muy cómodas. También el espacio para el acompañante era bueno y amplio, ya que el ergonómico puesto de mando se complementaba con una consola orientada al conductor. La gran superficie vidriada lo hacía luminoso y con excelente visibilidad. La ergonomía y las múltiples regulaciones de butaca y volante lo hacían apto para muchas horas de conducción sin acusar fatigas físicas. 

 


El Sierra Ghia fue el modelo mas vandido de la gama, junto a la versión “L”. Fue producido hasta 1993, año en el que la fusión regional Ford/Volkswagen decidió reemplazar la gama por el modelo Ford Galaxy, un híbrido basado en el VW Santana. El Sierra nunca fue exportado a Brasil y la nueva filosofía de Autolatina era producir en ambos países modelos complementarios para ofrecerlos tanto en uno como en el otro. 

 


La miniatura es de la colección de Salvat 80`s/90´s, con retoques de pintura en interiores y agregado de antena.  Su inédito molde es  de los mejores logrados de la serie y cuenta con excelentes detalles.

 


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martes, 8 de diciembre de 2020

TC – TORINO CHEROKEE – JOSITO DI PALMA (2017)

 

El clan Di Palma es el más famoso del automovilismo local. La actividad fue iniciada por el inolvidable Rubén Luis, y fue sucedido por la siguiente generación, integrada por José Luis, Patricio y Marcos. Su nieto, apodado “Josito” para diferenciarlo de su padre José, hizo su debut en la categoría TC en el año 2012 con Torino, luego de hacer escuela en categorías menores.

 


En el año 2017 tuvo una brillante performance, ganando tres carreras en la temporada, siendo el mas ganador del año, aunque no le alcanzó para superar a quien a la postre fuera el campeón, su coterráneo Agustín Canapino.

 


El Torino Cherokee de la temporada 2017 fue el punto cúlmine de la evolución de aquella máquina que había aparecido arrasadoramente en el TC a finales de los 60s. El coche evolucionó sin pausa, presentando al principio una fisonomía casi estándar. 

 


Luego adquirió una trompa plástica aerodinámica en la versión denominada Liebre. Para la “LiebreII” ya había perdido parte de su esencia, al ser aquél un prototipo disruptivo. Lo sucedieron las Liebre III para finalmente decantarse por la categoría Sport Prototipos. 

 Torino regresó al TC “convencional” cuando los reglamentos volvieron a limitar las transformaciones, pero no volvió a tener el éxito conseguido en la mítica etapa de las Liebres.

 


Durante las décadas de los 70s, 80s y 90s el Torino fue eclipsado en el TC, llegando incluso a no tener presencia en muchas temporadas. Los reglamentos no lo favorecían y la máquina no era competitiva, por lo cual ningún equipo o piloto quería perder el tiempo arriesgando sino yendo a lo conocido, o sea las tres marcas restantes: Ford, Chevrolet o Dodge

 


Un renacer de la marca se dio en el año 2000 con la puesta en pista del auto que Rubén Luis Di Palma se hallaba preparando cuando la muerte lo sorprendió. Patricio Di Palma fue el que piloteó aquella máquina con buenas performances. 

 


La aparición del motor Cherokee le terminó de dar el impulso que necesitaba para volver a poner a la marca en los podios. Torino tenía todo el derecho a usar aquel impulsor debido a que Jeep lo producía localmente para su modelo de SUV fabricado en Córdoba. El origen AMC del Torino lo emparentaba con el Jeep y ése fue el argumento para poder equipar aquel impulsor, también compartido por Dodge, que acreditaba el parentesco con su propio árbol genealógico, por la rama Chrysler. 

 


El aspecto del coche de carreras, con innumerables aditamentos aerodinámicos e incluso los pontones laterales, poco tenía que ver con aquel compacto producido originalmente por IKA. 

 


La miniatura es de origen IXO para DeAgostini.


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