A los
orígenes del pintoresco AMC Gremlin hay que rastrearlos en el principio de la
década de los 60s, cuando luego de un período de recesión, los grandes
fabricantes americanos replantean sus estrategias y producen nuevos modelos
“compactos” para gastar menos. Así nacieron los Ford Falcon, Chevrolet Nova y
Chrysler Valiant principalmente, inaugurando un nuevo e inédito segmento en el
contexto de la industria norteamericana.
A
principios de los años 70s, dos factores confluyen para que el mercado se
interese nuevamente por los compactos: la Crisis del Petróleo y el ingreso de
importados europeos y japoneses. La empresa AMC, que tenía mas tradición en la
fabricación de compactos con sus modelos “Rambler”, se especializaba en la gama
media y baja del mercado americano, ofreciendo modelos de buena relación
precio/producto desde la década anterior. No es de extrañar que AMC fuera la
primera compañía americana en construir autos “chicos”, inaugurando así un
nuevo nicho, para competir especialmente con el Escarabajo de VW, cuyas ventas
superaban por entonces el millón de unidades anuales sólo en los Estados Unidos.
Los AMCPacer y Gremlin fueron los primeros autos “chicos” de la historia de la industria
de los Estados Unidos. Era toda una apuesta riesgosa construir coches
familiares con motores de menos de 4.000 cc y de largo menor a los 4 metros . La compañía
tenía pensado discontinuar los modelos Rambler, y para ello había presentado
recientemente el modelo “Hornet” para competir en la franja de los “Pony cars”.
Aunque se trataba básicamente de un Rambler con carrocería rediseñada, no
parecía el arma ideal para pelear contra el Beetle de VW y a la oleada de
japoneses.
En 1966 el
jefe de diseño de AMC, Dick Teague, había pensado producir una versión acortada
del Hornet, a los efectos de presentar un nuevo producto y un nuevo nicho con
la mínima inversión, y aprovechando elementos existentes para reducir costos de
desarrollo y producción. El diseño
consecuente era muy particular y “jugado”. El nombre elegido fue igual de
pintoresco: “Gremlin”, que designa a un duende travieso.
En 1968 un
prototipo se presentó en el Salón del Automóvil de Nueva York, para testear la
recepción del público a un concepto tan radical. Para alegría de los directivos
de AMC, la acogida del público fue mas que favorable, aún cuando el auto era
estéticamente muy reprochable: Un capó muy largo y desproporcionado en relación
a su cola trunca. La compañía hacía hincapié no en su estética sino en sus
virtudes como utilitario versátil, ayudado por su portón trasero.
La
produccón en serie comenzó en 1970. No tardaron en aparecer sus problemas,
relacionados con su origen, que no era un desarrollo desde cero sino una
adaptación de apuro y con poca inversión. La desproporción de pesos producía
problemas de tenida y freno. En el interior, las plazas delanteras eran
cómodas, porque eran las del Hornet, pero la historia no era la misma en las
traseras, que tenían diseño específico, y eran muy incómodas e insuficientes,
producto del acortamiento de la distancia entre ejes y el abrupto final de la
carrocería. Para peor, el consumo no había mejorado con las reformas, sino que
seguía devorando mucho combustible en relación con su tamaño, lo que no
terminaba de justificar todas las “cirugías mutiladoras” que había sufrido el
original Hornet.
Para 1971
el coche se mejoró, con un motor de origen Chrysler mas eficiente y económico,
al tiempo que mejoró los frenos y la dirección. También tenía como opción un V8
que lo convertía en un verdadero misil de las carreteras, compitiendo con los
mismísimos Muscle Cars en cuanto a prestaciones. En 1977
equipó como alternativa un mmotor de origen VW, de 2,2 litros , que reducía
más el consumo pero a costa de resignar performance, convirtiéndolo en una
“tortuga” de las carreteras. En ese año se aceleró su decadencia. Ahora no sólo
competía contra el Beetle sino contra su sucesor, el novísimo Golf, frente al
cual el Gremlin nada podía hacer, ni desde sus mecánicas ni desde su
imagen.
El Gremlin
terminó su historia en 1978 sin haber sido un súper ventas. Es mas, se lo
considera como el auto de producción mas feo de todos los tiempos, pero se le
reconoce el mérito de haber sido un pionero y un proyecto arriesgado que no
terminó en desastre. También demostró que una parte importante del mercado
estaba dispuesta a sacrificar glamour en nombre de la economía y la
practicidad. La historia había cambiado para siempre con la aparición de
Gremlin en Estados Unidos. Se produjo
además en Canadá y e México, en este último país mediante la filial VAM. Allí
sobrevivió algunos años mas que su hermano estadounidense, y llegó a tener
rediseños propios e inéditos en frontal y pilares C. La miniatura corresponde a
un ejemplar fabricado por VAM, y pertenece a la colección de autos memorables
mexicanos, los cuales estoy consiguiendo gracias a la excelente y servicial
predisposición del colega mexicano David Lara. Tiene retoques en llantas e
interiores.
CRUISER