Aprovechando
las políticas de fomento a la industria automotor del gobierno desarrollista de
Frondizi, a fines de los años 50s decidieron incursionar en ese rubro. Para ello se propusieron fabricar localmente un modelo de coche
familiar de cuatro puertas.
El elegido
fue un auto de la British Motors
Corporation, el Austin/Riley A60, el cual produjo bajo licencia entre 1959 y
1966. Tenía un impulsor naftero de 4 cilindros y1489cc. Sin sobrarle potencia,
se las arreglaba para cumplir su función de coche familiar de paseo.
La división
de la marca era Siam Di Tella Automotores, S.A.. Al igual que el resto de los
productos de la marca, el Di Tella se ganó prontamente la fama de coche noble,
robusto y confiable. Pocas veces una marca que no tenía nada que ver con el
negocio automotor tuvo tanto éxito con su primera incursión en el mismo.
Además de
las cualidades enunciadas, con el tiempo también demostró ser durable. Los
taxistas dan cuenta de ello, gran parte de las unidades producidas fueron destinadas a esa función.
El diseño
era obra de Pininfarina, aunque su frontal era típicamente inglés. Tenía un
gran espacio interior y un baúl con gran capacidad de carga. Sus tapizados eran cuidados y de gran calidad.
Tenía
4,52m. de largo, 1,61m de ancho y 1,52m de alto. La distancia entre ejes, de
2,52m le proporcionaba gran espacio interior. Su velocidad máxima era de
escasos 117 km/h ,
pero eso no era un inconveniente, ya que era pensado como auto ciudadano y de
paseo. Tenía caja de cuarta con palanca de cambios al volante.
Las
publicidades de la época lo llamaban “El auto ideal”. Destacaban su espacio
interior, su economía (“240
km con 20
litros ”) su capacidad para 5/6 pasajeros y su doble garantía:
“SIAM (sus fabricantes) y la BMC
(sus diseñadores)”.
La oferta se complementaba con los modelos “Traveller” (familiar) y “Argenta”,
una pick up inédita en Inglaterra, que fue desarrollada especialmente por Siam
para el mercado local.
La
miniatura de Salvat es una de las más esperadas de la colección, ya que se
trata de uno de los verdaderamente “argentinos” y cuyo molde no existía. El
mismo fue tomado del Morris Oxford, que había salido en colecciones de Altaya y
reformado, por lo cual conserva sus virtudes y defectos. Uno de estos últimos
es el volumen del baúl un tanto exagerado y extendido. A las ópticas delanteras
también las veo un poco sobredimensionadas. Por lo demás, el trabajo de los
diseñadores y matriceros ha sido bueno.
En sus
interiores (originalmente negros) han ubicado una palanca de cambios al piso
(no es la primera vez que cometen ese error) pero la misma es fácilmente
eliminable, y han colocado otra en el volante por suerte. Las butacas delanteras
del Siam eran tales, pero al estar tan pegadas prácticamente se asemejaban y
cumplían la función de asientos enterizos, por lo cual tuve que corregirlas un
poco antes de pintar los interiores.
Pinté
también espejo retrovisor, caño de escape, unos detalles cromados verticales
que unían la línea de cintura con la línea inferior de las ventanillas
traseras, que hubiera sido bueno que la maqueta trajera de fábrica.
Las llantas
de ese modelo era usual que salieran de fábrica pintadas del color de la
carrocería, por lo cual hube de preparar el particular color “té con leche” que
presenta el modelo, un color acertado, ya que era uno de los originales.
Completé el
trabajo con sombreado de las molduras y parrilla y el detallado de la banda
blanca en los neumáticos.
CRUISER