Ya hemos
visto en el blog la historia del Mehari francés, nos ocupamos en esta entrada,
de la versión argentina, con algunos cambios respecto del original.
Citroën de
Argentina lanzó el producto en 1971, tres años después de su aparición en
Francia. Gracias a su concepción espartana y su bajo peso se convirtió así en el coche de fabricación local mas económico y de menor consumo de combustible del mercado.
Si bien
exteriormente se parecía mucho al original, el Mehari argentino no se asentaba
sobre la plataforma del Dyane6 sino del 3CV, del cual heredaba toda su
mecánica. Una de las diferencias consecuentes, era que sus frenos delanteros
eran de tambor, no de disco.
La
carrocería plástica era barata, inoxidable, flexible, y sin mantenimiento. Era
configurable de distintas formas: con y sin techo, puertas o parabrisas.
En Francia
el material que se usaba era ABS, un compuesto plástico que en Sudamérica no se podía
moldear por falta de maquinaria específica, por lo cual en nuestro país se usó fibra de vidrio. Las carrocerías eran fabricadas en
Uruguay por la firma Dasur y desde Argentina se enviaban lso chasis para que la
empresa Nordex hiciera el ensamblado. Luego volvían a nuestro país beneficiados
por la Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC).
Su interior
era muy parecido al de una lancha Pocas piezas y en consecuencia pocos
ensambles. Tablero heredado del 3CV (otra diferencia con el europeo), el mismo
volante y la típica palanca de cambios de Citroën. Las butacas eran simples y
anatómicas, hechas para soportar las conciciones de la intemperie.
Los
asientos traseros eran almohadones que se aplicaban a la carrocería y eran
extraíbles. Para acceder a esas plazas se utilizaban estribos moldeados en los
laterales de la carrocería. Uno de los pasajeros compartía su espacio con la
rueda de auxilio.
El único
color disponible al principio era el rojo. Algunas unidades de color azul se
produjeron para equipar a la policía de la provincia de Tucumán. Cuando en 1978
aparece el 3CV M-28, se relanza el Mehari como “Mehari 2”, con un color naranja fuerte,
y neumáticos ensanchados. Aquella versión se conoció como la “naranja mecánica”.
Cuando el
ingeniero Eduardo Sal Lari compró la factoría Citroën y todo su stock, relanzó
el Mehari con el nombre de IES Safari, con una parrilla plástica negra y la
rueda de auxilio montada sobre el capó.
Salvat
lanzó este modelo en la colección “Autos Inolvidables Argentinos”, echando mano
al buen molde que el grupo Ixo tiene desde hace muchos años. Se trata de un
buen producto, al que lo único que se le pueden apuntar son dos pequeños
errores. Uno es el tablero, que corresponde a la versión europea, y el otro los
marcos cuadrangulares de las ópticas delanteras, que en nuestro país no estaban
disponibles.
En mi
maqueta, que estamos viendo en las fotos junto con la europea, procedí al
reemplazo de las ópticas delanteras, para dejarlas más parecidas a nuestro
Mehari.
Retiré la
capota para hacerla de tipo “quita y pon”, y aproveché a fotografiarlo sin la
misma, siendo esta configuración “abierta” muy común de ver, especialmente en
zonas suburbanas y costeras. Detallé con negro el encuentro entre la carrocería y el capó, que solía tener un burlete de ese color que hacía esa línea muy visible.
Pinté las
llantas de color aluminio, retoqué apenas los pilotos traseros, y bajé un tanto
la altura del vehículo en su parte anterior, pues era muy común que el coche
apareciera más bajo en esa zona, muchas veces por el uso de los amortiguadores
horizontales más allá del tiempo recomendable antes de su reemplazo.
Un nuevo
Citroën para la colección local, muy bienvenido, del típico color que hubo
aquí. Ya van tres ejemplares de la misma marca. Esperemos ver aún a las
versiones 5 puertas del 3CV, alguna furgoneta y a los IES, vehículos típicos
argentinos, que presentaban novedades importantes que nunca fueron vistas en el
resto del mundo.
Como curiosidad, la miniatura de Salvat utiliza la misma matrícula que el ejemplar de la foto real, que sirve como presentación de la entrada.
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