Al momento
de su presentación en Francia, en 1978, el Renault 18 era el modelo más
moderno, más veloz y mas caro de la marca. En 1981 en Argentina se había dejado
de fabricar el mítico Torino, y Renault debía tener en su oferta buenos productos
para reemplazarlo y estar a la altura de su leyenda.
Los Renault
18 y Fuego fueron la apuesta de la filial local. En principio apareció la
versión TX, similar a la francesa, aunque ésta ya estaba sufriendo su primer
restyling. La Fuego
y las Break llegaron al año siguiente.
El Renault
18 fue un éxito inmediato. Su moderna concepción, sus formas exteriores, sus
cuidados interiores y la potencia de su mecánica, sumado a su robustez
estructural no tardaron de ponerlo al tope de la oferta automotriz local. Con
los años se sumaron nuevas versiones. El GTX era prácticamente un Fuego con
vestimenta “normal”. En 1986 aparece el GTX II. Tenía paragolpes plásticos
envolventes que reemplazaban a los originales (que eran de una combinación de
metal, plástico y goma).
Nuevas
molduras exteriores, un particular alerón trasero, y un aplique frontal que
visualmente reducía la parrilla, eran sus características exteriores, que se
complementaban con llantas de diseño específico.
Presentaba
nuevo tablero interior, con mucha información, nuevas butacas y nuevos
tapizados. En cuanto a equipamiento, tenía cierre de puertas centralizado con
comando a distancia y computadora de a bordo, dos elementos inéditos en el
mercado local de esos años.
La caja
manual era de cinco marchas, ya presente en las anteriores versiones GTX. Las plazas traseras no eran las más cómodas del mercado, se echaba de menos mayor
espacio para las piernas de los pasajeros de atrás, rubro en el que el veterano
Peugeot 504 seguía siendo imbatible. El baúl tenía buena capacidad, pero su
boca de carga era algo alta. El motor no
presentaba novedades. Era el mismo de 1995cc. naftero, con árbol de levas a la
cabeza. Su potencia era de 103 CV. Los frenos delanteros eran de disco y los
traseros a tambor. Su velocidad máxima llegaba a los 171 km/h. El largo
del coche era de 4.468mm, el ancho 1.686mm y el ancho 1.420mm. Su distancia
entre ejes era de 2.441mm.
La
miniatura de Salvat es una grata sorpresa, ya que ni el aficionado más
optimista hubiera pensado que la versión del R 18 anunciada sería ésta. En
realidad es la primera vez que se ve este GTX II en colección alguna. Ni
siquiera en Francia había aparecido antes. En general está bien resuelta. El
frontal está bien logrado, comprendiendo los faros integrados con los pilotos,
los nuevos paragolpes y spoiler. El relieve de las molduras laterales
aparentemente no fue reformulado, y pareciera que son idénticas a las del molde
anterior. Las del GTX II eran un poco mas anchas que las del GTX.
En el
sector posteriorla continuación del a moldura sobre el guardabarros trasero no
es tal, sino sólo un aplique de pintura. El alerón trasero tiene una particular
resolución. Es una pieza de plástico postiza que baja en los laterales y se
acopla (de manera no muy feliz) a las franjas laterales. Sin dudas que han
usado un método simple y adecuado para la producción en grandes series, pero en
realidad no había en ese tramo lateral ningún acople ya que era una sola pieza
plástica hasta la tapa del baúl. En el caso de mi miniatura hube de sacar la pieza y reubicarla
porque vista desde los laterales se notaba mucho la discontinuidad entre la
franja de pintura negra y la pieza plástica.
Los
interiores son los mismos del molde anterior del Renault 18, que ya había
aparecido en colecciones europeas y colombiana. Allí hay otro error, porque el del GTX IIera distinto, con tablero mas grande, y butacas de otro
diseño. Más adecuadas hubieran sido las que se usaron en la miniatura reciente
de la versión Fuego. Al ser los interiores totalmente negros en el blister, es
un detalle que no se nota, pero al pretender colorearlos saltan mucho a la
vista.
Como
habitualmente, le introduje modificaciones. Pinté los interiores, pero
previamente tuve que reformular el tablero con resina epoxi, a fin de
aproximarlo al menos al del GTX II. Las butacas en cambio las dejé como
estaban. Utilicé colores típicos de la época y el modelo. Repasé las ópticas
traseras, que no son de acrílico transparente sino de plástico cromado pintado.
Como he dicho, reubiqué el alerón, pinté el espejo retrovisor interno y el
escape y agregué una antena de radio. Las llantas no tienen ningún agregado.
Presentan un centro negro, también las hubo sin él, pero ambas son válidas.
En
definitiva, una muy buena sorpresa la que nos dio la editorial Salvat con este
modelo, uno distinto a todos los que había en 1/43. Esto abre nuevas y buenas perspectivas para lo que se viene.
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