El ponycar “Javelin” de AMC nació en 1968 con la
misión de competir contra los exitosos Mustang y Camaro de Ford y GM
respectivamente. Tenía a su favor todo lo bueno que ambos gigantes de Detroit
habían plasmado en sus modelos con el plus de mayor distancia entre ejes, mas
volumen en el maletero y menor precio. El Javelin de primera generación fue un auto exitoso,
y la gente lo compraba por su hermosa apariencia y por tener una buena relación
precio-producto. En 1971 se presenta la segunda generación, totalmente
rediseñada.
Sus líneas eran muy osadas y rupturista. Adquiría
mucha más personalidad, era inconfundible, aunque con esa atrevida jugada AMC
dejó la idea del “auto que gusta a todos” para ganarse adeptos y detractores.El coche era mas largo, mas ancho, mas bajo y mas
pesado que el de la primera generación. La distancia entre ejes se incrementó
en una pulgada y pasó a ser de 2.794mm.
Presentaba un alerón de
techo integral y unas particulares protuberancias en los guardabarros, que
hacían recordar a las del Corvette. El objetivo de las mismas era alojar
neumáticos mas anchos para uso en competición. Su diseño se apartó bastante de
las líneas conservadoras del original de 1968.
Para 1972 estrenó nueva
grilla delantera a modo de “caja de huevos” con un patrón similar de retícula
cromada sobre los faros traseros, que eran una línea contínua que recorría todo
el panel posterior. Se ofrecieron un total de 15 colores de fábrica, con
distintas franjas laterales opcionales.
Para hacer mas atractiva la gama, se ofrecían de serie
elementos de confort que antes sólo eran opcionales, y caja de cambios
automáticas “Torque-Command” que no eran otra cosa que las conocidas
“TorqueFlite” producidas por Chrysler. AMC presentó en 1972 un revolucioario sistema de
garantía por un año para los compradores de sus productos, lo que le permitió
asistir a un récord de ventas en ese ejercicio.
Finalmente la era de los Ponycars terminó, y el
Javelin nunca alcanzó los niveles de ventas globales que hubiera merecido,
perdiendo la carrera ante los productos de Ford y GM, cuya fama generaba mayor
confianza entre los compradores.
La miniatura es de la colección mexicana de Ixo, y no
tiene retoques.
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