Al igual que sus contemporáneos Moskvitch y Lada, la puesta al día de estos coches en los años ochenta no iba más allá de cambios en parrillas, paragolpes, agregado de baguetas, apoyacabezas y alguna mejora en los instrumentales.
Sus líneas clásicas resistían aún el paso del tiempo a pesar de tener ya más de diez años en las calles.
Para acceder a un vehículo de éstos cero kilómetro, las esperas eran de años. Valía más un usado de inmediata disponiblilidad que un cero kilómetro de fecha de entrega incierta.
Por ello, al igual que sus contemporáneos Trabant, estos Wartburg tenían sus días contados. Luego de la reunificación alemana sus propietarios prefirieron los modelos occidentales, de mejor disponibilidad y con décadas de avance tecnológico respecto de estas rudimentarias máquinas.
Esta miniatura también es IST original.
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