Uno de mis coches preferidos de todos los tiempos es el Citroën DS, obra
maestra del escultor Flaminio Bertoni, y un dechado de tecnología y
estética que dejó varios años atrasados y totalmente desorientados a sus
competidores.
El DS revolucionó y transformó la historia del automóvil.
Aquí un modelo IXO correspondiente al año 1957.
La
miniatura de Ixo tiene aciertos y errores. Entre los primeros están la
buena proporción del molde y unos interiores muy detallados, en una
combinación de colores muy vistosa.
Entre las contras está como siempre,
una excesiva capa de pintura y los limpiaparabrisas moldeados en el
acrílico y pintados de plateado.
Pero en resumen, la miniatura es muy
bonita, destacándose además de lo anterior, un exquisito tratamiento de
las ruedas.
CRUISER
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