CHEVROLET 400 / CHEVY II (1962)

El comienzo de la década de los 60s fue coincidente con el cambio de paradigma en la industria automotriz norteamericana.

Los nuevos coches “compactos” nacieron para terminar con los excesos barrocos de los años 50s. Líneas simples, reducción de cromados y adornos superfluos, y por sobre todo un tamaño considerablemente reducido respecto a la generación anterior. 

Los Ford Falcon, Chevrolet Corvair y Chevy II y el Chrysler Valiant eran las puntas de lanza de los tres grandes de Detroit para aquél cambio histórico.

En Argentina se dio el mismo fenómeno, y casi simultáneamente. También a principios de los 60s las tres grandes americanas ya fabricaban en nuestro país, y los protagonistas fueron los mismos: Falcon, Valiant y Chevrolet Chevy II. Por una cuestión de marketing, el coche se llamó aquí “Chevrolet 400”. 

Si bien para los parámetros americanos era un coche “chico”, no lo era así para la realidad argentina. Chevrolet 400, Falcon y Valiant eran los coches más grandes que se producían aquí por ese entonces, cuando los pequeños europeos apenas estaban empezando a ser considerados por la clase media.

El primer Chevrolet 400 argentino salió de la fábrica de San Martín en 1962, y se mantuvo en producción hasta 1974. 

Estaba equipado con el motor 194, llamado así por su capacidad cúbica medide en pulgadas. Era un seis cilindros en línea de 3.185 cm3, con mas de 100 caballos de potencia.

Su velocidad de crucero estaba en el orden de los 120/130 km/h. La caja era de tres marchas y la máxima, de 150 km/h.

Las suspensiones, como en todos los casos de coches americanos, eran mullidas y confortables para el uso urbano, por ello en las curvas de las rutas había que tener un poco de cuidado para mantener la estabilidad.

El 400 medía 4.648mm de largo, 1.757mm de ancho, y 1.397mm de alto. Su distancia entre ejes era de 2.794mm. Fue el segundo modelo de Chevrolet fabricado en el país, después de la pick up C-10.

Su misión era competir principalmente con el Ford Falcon, aunque no llegó a cumplirse exitosamente. A pesar de ser el producto de GM más moderno que el de Ford, el público siguió prefiriendo al del óvalo, que se fabricó por casi dos décadas más que el Chevrolet 400. Cuando cesó su producción, se habían fabricado poco más de cien mil unidades.

Con el tiempo fue experimentando mejoras mecánicas y leves restylings. 

La miniatura que estamos viendo corresponde a la primera generación. Se trata de una miniatura que en general está bien proporcionada y con detalles típicos de las de venta en kioscos, pero tiene un defecto en el techo. La caída del mismo hacia atrás es irreal, y determina un perfil extraño, y por consiguiente donde más se nota es en la luneta, demasiado baja y ancha en comparación con el modelo real.

 Tiene los retoques de siempre en interiores, parrilla y caño de escape.

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