VESPA 400 (1958)

El Vespa 400 era un microcoche de motor trasero, producido por ACMA (Ateliers de Constructions de Motos et Accesories) en Fourchambault, Francia, entre 1957 y 1961. Su diseño era obra de Piaggio.

Se producía en dos versiones, “Lusso” y “Turismo”. Se había presentado al público en Mónaco, el 26 de setiembre de 1957, en una reunión en la que varias celebridades estuvieron presentes, incluso tres pilotos de carreras de renombre.

Tenía dos plazas, y un banco trasero como para acomodar bultos o niños pequeños. Los asientos delanteros eran estructuras de caños con una tapicería simple, con resortes elásticos. La palanca de cambios estaba en el piso, en el centro. Las puertas se recubrieron con un delgado panel plástico directamente adherido a la chapa, lo que incrementaba el espacio interior.

La instrumentación era muy básica, sólo un velocímetro, luces de advertencia de bajo nivel de combustible, luces encendidas, bajo nivel de carga del dínamo. La capota era de lona enrollable.

La batería de 12 voltios estaba en la parte delantera, se extraía mediante una tapa deslizante tipo cajón, que estaba en lugar de la parrilla. La rueda de repuesto iba debajo del asiento del conductor. El motor era de 393cc, dos cilindros y dos tiempos, que rendía 14 caballos de fuerza. Su máxima era de 80 km/h.

En 1958 se produjeron la nada despreciable cifra de 12.130 unidades. Sin embargo, en 1959 la cifra cayó a 8.717, a pesar de una importante reducción de precio. Los críticos dijeron que su glamorosa fiesta de presentación no se condecía con su marcha torpe, mala insonorización, y relativamente alto consumo de combustible.

La imperiosa necesidad de agregar aceite parqa la mezcla del motor de dos tiempos era otra desventaja, hasta que el problema se solucionó con un mezclador automático.

Aunque la empresa, líder por entonces en la fabricaciónd e motocicletas, se afanara en presentar al cochecito como un “auto de verdad”, pronto sufrió el destino de todos los microcoches de la época: sucumbió ante la competencia del Citroën2CV. El producto del Doble Chevrón era sí un verdadero auto, con un precio imbatible y una modularidad que lo hacía imbatible.

CRUISER