ALFA ROMEO ALFASUD (1972)

En una lista de “los peores autos de todos los tiempos” seguramente no faltará el Alfa Romeo Alfasud. A pesar de constituír un proyecto novedoso y vanguardista, la realidad fue muy distinta a los cálculos previos.

A fines de los años 60s, Alfa Romeo estaba en poder del Estado italiano. Con el fin de apuntalar el desarrollo del empobrecido sur del país, se propuso que la factoría ubicada en Napoles, dedicada a construír motores para aviones de combate, fuera la elegida para construir automóviles. El objetivo era evitar la migración sur-norte y dar trabajo directo e indirecto a 15.000 operarios.

El coche a fabricar era un concepto atrevido: un deportivo compacto, que debía tener buena capacidad interior, espíritu deportivo y ser indudablemente un Alfa Romeo de pura sangre. En el proyecto intervinieron los ingenieros Hruska, Chirico y Chiti. El diseño se encargó a Giorgetto Giugiaro.

El coche tendría tracción delantera, motor delantero boxer de bajo centro de gravedad, y el tanque de combustible ubicado debajo del asiento trasero, a fin de garantizar buen espacio para ocupantes y equipaje. El motor boxer, colgado por delante del eje, permitió lograr un capó muy bajo y un afilado perfil aerodinámico. El centro de gravedad del conjunto era muy bajo también, por lo cual el coche era muy ágil y divertido de conducir, permaneciendo muy paralelo al piso aún tomando curvas a velocidad.

Tras su presentación en el Salón de Turin en 1971, los pedidos se acumulaban y el éxito parecía inminente. Las compañías rivales compraron unidades de Alfasud para desmontarlas y encontrar los secretos que lo hicieron tan aclamado por la prensa especializada a poco de su lanzamiento. VW encargó a Giugiaro un diseño bajo similar concepto, y así nació el Golf. Paradójicamente, éste se convirtió en un éxito que llega hasta nuestros días, en tanto el Alfasud casi causa la desaparición de la mítica marca italiana.

Cuál fue el motivo? La combativa clase obrera del sur de Italia no tardó en encontrar motivos para establecer un salvaje plan de lucha gremial, cuya virulencia se puede medir en las nada menos que 700 huelgas realizadas en 12 años. Preparada para producir 500 coches al día, sólo salieron de las líneas de montaje 70, y con graves defectos de calidad.

Entre tantas huelgas, una de ellas paró la producción del sector pinturas, argumentando los obreros que era “insalubre” estando centenares de unidades listas para pintar. La cercanía al mar hizo que las carrocerías comenzaran a oxidarse. Solucionado el conflicto esas unidades fueron a pintura, llegando a los consumidores coches que ya habían iniciado su proceso de oxidación debajo de la capa de pintura.

La mala calidad de plásticos y chapas de acero hicieron que la mala imagen del coche se trasladara a la marca en general, produciendo pérdidas que se estimaron en 25 euros de hoy por unidad. Casi un millón habían salido de la fábrica, con lo cual no es difícil calcular el quebranto financiero que provocó un modelo que fue pionero y referente de toda una generación de deportivos compactos, y que pudo haber sido un éxito en otras circunstancias.

La miniatura es Minichamps.

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