La historia
del Volkswagen Safari mexicano se remonta a la década de 1960, cuando varios
países de Europa Occidental se abocaron a la materialización del proyecto “Jeep
Europeo”, para equipar a los ejércitos del bloque de un utilitario ligero a
modo de los famososo Willys norteamericanos, cuyas aptitudes estaban largamente
probadas en los campos de batalla y en el uso civil posterior.
El ejército
alemán (Bundeswehr) y su administración civil, estaban utilizando para ese fin
al DKW Munga, pero su producción cesó en 1968. Al cabo, encargó a Volkswagen un
reemplazante, y ésta no tardó en responder a la demanda con un vehículo nuevo
que aprovechaba componentes de la marca.
Basado en
la plataforma del Karmann Ghia, se presentó el llamado “Tipo 181” , destinado además a otros
países del bloque de la OTAN. Sobre
la experiencia del vehículo militar Kubelwagen, su carrocería era de líneas
rectas y angulares. Sus cuatro puertas eran iguales lateralmente y
desmontables. La carrocería era abierta y con posibilidad de montar un toldo de
lona.
El
parabrisas era plegable al igual que los asientos traseros, para ampliar la
zona de carga. El vehículo demostró muchas aptitudes para el rol al que fue
destinado. Aunque sin tracción integral, sus ruedas traseras se las arreglaron
para desempeñarse bien en todo tipo de terrenos, ayudado por su buen ángulo de
ataque y salida, el diseño plano de la parte inferior del chasis, y la adopción
de un diferencial autoblocante.
Medía
3.780mm de largo, su distancia entre ejes era de 2.400mm. El motor era el de
cuatro cilindros bóxer refrigerado por aire de 1.483cc, que entregaba una
potencia de 40CV. LA carrocería estaba atornillada al chasis. Su despeje del
suelo era de 205mm y su capacidad de vadeo de 396mm. Desde parado podía superar
pendientes máximas del 50%. La velocidad máxima era de 110 km/h con un consumo de
11 litros
cada 100 km .
Volkswagen
decidió comercializar este vehículo también para uso civil. A tal fin se lo
exportó también a otros países, como Estados Unidos, Reino Unido, Italia e
Indonesia. En la
planta mexicana de Puebla se ensamblaron al principio los kits CKD (Completely
Knocked Down) procedentes de Alemania, tanto para el mercado interno como para
exportar a Estados Unidos. A partir de 1978 se produjo localmente ya que la
entera producción del vehículo fue trasladada desde Hannover a México.
Las ventas
del “Safari”, como se lo denominó oficialmente para Latinoamérica, no fueron
las esperadas. A pesar de la suma de componentes preexistentes, la fabricación
del coche no era barata. Las características demandadas por el ejército lo
hiciero encarecer y su precio final no
estaba muy acorde a lo que el vehículo ofrecía, además de verse perjudicado pos
su imagen excesivamente utilitaria.
La
miniatura pertenece a la colección Volkswagen editada en México y Argentina por
Planeta DeAgostini.
CRUISER
Me sorprendieron las patentes autoreferenciantes,
ResponderEliminaro habrá sido otra colección VW de realidad real verdadera?
Hermoso y simpático Safari.
ResponderEliminarAbrazo!