El primer
Impala vió la luz en 1959 para el mercado norteamericano. Había sido presentado
como Concept en la exhibición Motorama Car Show de 1956, pero sus orígenes pueden remontarse a los modelos Bel Air de 1955.
Se fabricó
en varias generaciones, y se sigue ofreciendo aún el día de hoy. La cuarta
generación se fabricó entre 1965 y 1970. Durante su vida presentó, como era
usual, algunos cambios estéticos anuales, que permiten distinguir los modelos
entre sí.
El Impala
presentado en 1965 estaba completamente rediseñado respecto a la generación
anterior, y presentaba una línea mas estilizada. Aparecía también en esta serie
el novedoso motor de 396
pulgadas cúbicas (6,5 litros ) y caja
Hydramatic 350.
Aparece
también el paquete “Caprice”. Las versiones denominadas de esta forma eran las
más equipadas y lujosas. En 1966 se presenta directamente como “Chevrolet
Caprice”, ubicándose al tope de la oferta de Chevrolet de gran tamaño.
Con la
aparición de los Chevelle y Camaro, los clientes de Chevrolet ya no buscaban
deportividad en los Impala, por lo cual las versiones SS de estos últimos
pasaron a ser opcionales y no de serie.
El Impala
de 1968 presentaba un lavado de cara respecto a la serie 1967. Tenía nueva
parrilla y el prachoques trasero presentaba tres pares de luces embutidas. Ese
año también se ofreció por última vez el motor V8 de bloque pequeño de 238 pulgadas cúbicas,
uno de los mejores motores de la historia de Chevrolet.
Fue reemplazado luego por el
nuevo V8 de 307
pulgadas cúbicas. Otras motorizaciones disponibles eran
las de seis cilindros y 150 caballos, y las V8 327, 396 y 427, con 250/275, 325
y 390/425 caballos de fuerza respectivamente. Las cajas disponibles eran automáticas Turbo Hydro-Matic, Powerglide, Overdrive y
Synchro Mesh.
Los mejores
materiales y las mejores terminaciones que Chevrolet podía ofrecer estaban en
los Impala de esta generación, ya que el auto se ubicó fuera de las
aspiraciones deportivas, y se lo pasó a considerar una especie de Cadillac de
grado “junior”.
La
miniatura es de la serie “Grandes Autos Memorables” de México. Tiene pintura
artesanal en sus interiores.
CRUISER
Muy lindo, lo tengo también y le había pintado los interiores de un color similar.
ResponderEliminaruna belleza...lástima que no nos lleguen a estas salvajes pampas argentinas
ResponderEliminarUna belleza, juro que miraba las fotos y pensé que sería Neo,
ResponderEliminarme encanta la sensación de peso sobre los ejes medio aplastados, tal cual se ven estos autos en la realidad.
Me encantó.
Apenas y cabe en las fotos..
ResponderEliminarGrandioso.
Impresionante bote, la miniatura es perfecta: Color elegido, cromados, tus retoques habituales, etc....una belleza total!
ResponderEliminarMuy bien 10 para Ixo, esta vez.
Tremendo!
ResponderEliminarNo se veían muchos por acá, pero cada tanto aparecía alguno y detenía las miradas.
Abrazo!
Que lindo bote y bien logrado para ser coleccionable, muy bueno el detallado agregado como siempre, abrazo diego.
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