El Carajás
fue el mayor utilitario fabricado por Gurgel, y para muchos el mejor Gurgel jamás construído. Había varios modelos de
producción limitada, especialmente destinados a uso militar, pero la versión
TR, de techo duro, fue el úmico producido en serie. Fue el primer vehículo de
Gurgel con motor delantero y tracción trasera, el primero en utilizar motores
refrigerados por agua y el primero también que no se basó en plataformas VW
sino que incluyó sus propias soluciones técnicas en ese rubro.
La
intención de Gurgel era proporcionar un modelo para un nicho de mercado que no poseía
ningún representante en Brasil, y era el segmento de las luego llamadas SUV. Se
trataba de un cómodo vehículo de lujo, espacioso, versátil y muy resistente.
Para tal fin, carroceros privados transformaban las grandes pick ups Ford y
Chevrolet, y lo único parecido que se encontraba en el mercado era la anticuada
Chevrolet Veraneio.
El Carajás
era más moderno, liviano, pequeño y ligero que aquéllas. Fue un auténtico
precursor del estilo materializado unos años después en la región por el
exitoso Ford Ecosport. Reunía las cualidades de un auto y un “jeep”. A pesar de
sus dimensiones exteriores exiguas, su diseño absolutamente “cuadrado” y su
construcción de chasis tubular lograban un inusual espacio interior que
sorprendía a quienes tomaban el primer contacto con el vehículo.
Su frontal
estaba bien diseñado y tenía inspiración norteamericana. Su aspecto era
agresivo y moderno. En el interior, el asiento del acompañante se desplazaba
por rieles para dar acceso a las plazas traseras. Poseía varias entradas de
aire desde el exterior, los asientos estaban bastante elevados y los pisos y
paneles totalmente alfombrados, brindándole un confort inusual para esta clase
de vehículos.
Sus motores
originales eran de origen VW, de gasolina de 1,8 litros y 85 CV, de
alcohol de 1,8 litros
y 97 CV (proveniente del Santana) y un Diesel de 1,6 litros y 50CV,
proveniente de la VW Kombi. A
partir de 1989 sólo el motor a gasolina sobrevivió. La suspensión era
independiente en las cuatro ruedas y el ingenioso sistema de tracción y bloqueo
lo convertía en adecuado para el uso Off-Road, con un costo mucho menor que si
hubiera sido un típico “4x4”.
Se decía
que el Carajás era apto para el uso en carretera a velocidades crucero no
mayores de 100 km/h .
La aerodinamia le jugaba en contra a velocidades mayores. Para los terrenos
accidentados no era tan adecuado como sus antecesores, los X12 y X15. En la
ciudad su principal contra era el grosor de los pilares, que atentaban contra
la buena visibilidad. El vehículo fue muy utilizado por agencias
gubernamentales y flotas de empresas estatales. Una posterior versión alargada
y de cuatro puertas fue usada por la policía.
Algo que se
criticaba al vehículo era el hecho de tener el techo pintado de negro, lo que
en Brasil producía un calentamiento extra y evitable del habitáculo. Otro
problema era que en los primeros modelos la visibilidad hacia delante se veía
dificultada para conductores de menos de 1,80m de altura, debido a la ubicación
de la rueda de repuesto. En 1987 ésta se ubicó debajo del capó, solucionando el
problema.
En 1989,
Gurgel capitalizaba el 75% del mercado de los “jeeps” en el país vecino,
mientras que el Toyota Bandeirante ocupaba el otro 25%. Aunque el Carajás no
era barato, costaba bastante menos que el Bandeirante. En 1990, la apertura de
las importaciones hizo que los Gurgel no pudieran afrontar el ingreso de
vehículos similares de Oriente, terminando repentinamente su producción.
Algunos ejemplares salieron de fábrica en 1991, pero por encargue.
La
miniatura es de origen Ixo para la colección “Carros Inesqueciveis do Brasil”.
CRUISER
Interesante este Gurgel modelo que desconocía y que me ha soprendido la trasera me recuerda al Jeep Comando que tuvimos por acá en España un modelo muy interesante
ResponderEliminarSaludos y felices fiestas
Yo rescato la habilidad que tenían esos diseñadores e ingenieros para producir un vshículo realmente llamativo y armonioso, usando prácticamente sólo paneles rectos. Tenía mucha "facha" como decimos aquí.
EliminarSaludos!
Muy interesante.
ResponderEliminarLa rueda de auxilio sobre el capot es muy fachera,
pero varias veces me he preguntado què tan pràctica resultaba,
no sòlo por la visibilidad sino por el peso del capot a la hora de levantarlo,
o del refuerzo necesario en la chapa del capot para sostener la rueda con hidalguìa.
Gaucho Man
EliminarIguales preguntas son para el Land Rover, con su rueda de repuesto sobre el capot, posteriormente Todos los llevaron atrás.
Este modelo es muy parecido al DACIA Duster 4x4 años 1970-1973 (rumano) tenían motores Renault 1.300.
EliminarAquí está el Duster: http://clasicosenescala.blogspot.com.ar/2012/10/aro-10-4x4-dacia-duster-1980.html
EliminarEs cierto que ese capó debería ser una pieza muy reforzada, teniendo en cuenta de que la carrocería de los Gurgel era de plástico. Poco racional esa ubicación pareciera a primera vista.
EliminarSaludos!
es correcto que el land rover debiò tener el mismo problema, excepto la mayor rigidez metàlica,
Eliminaraunque no mucho mejor por eso.
pero es cierto que queda muy lindo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarDa la impresión de que se le podía desmontar el techo trasero con todo y ventanas pero veo que no. Muy interesante SUV y miniatura, no les conocía.
ResponderEliminarSaludos !!
Si, es la impresión que da por el cambio de color, pero en realidad era una sola pieza.
EliminarEs interesante como todos los vehículos endémicos de Brasil que afortunadamente han salido en esas colecciones para deleite no sólo de los aficionados locales sino de los locos como quien escribe.
Saludos!
Me recuerda al Bertone Freeclimber, basado en el Daihatsu Rocky o Feroza de aquellos años. Comparten los dos modelos la idea de todo-terreno de lujo, aunque el Bertone disponía de motores BMW más potentes.
ResponderEliminarLa miniatura es muy original con la rueda de repuesto sobre el capó y una combinación de colores (temperaturas aparte) muy acertada.
Saludos y feliz 2017.
Claro, de la época en la que Bertone se apasionó por las líneas rectas, había abandonado hasta las curvas de los parabrisas. En el caso de este coche, todo era hecho en función de la practicidad, los menores costos y la factibilidad de industrialización de autopartes de diseño simple y sencillo. De todos modos el resultado no deja de ser admirable, al menos para mi gusto y el de gran parte del consumidor del país vecino, que hizo a estos vehículos muy exitosos allá.
EliminarSaludos!
Ya el nombre me tira para atrás mucho pero en fin... en portugués brasileño debe querer significar algo bonito!
ResponderEliminarYo le veo también mucha inspiración japonesa, la verdad, aparte de lo mencionado antes. Me gustó la combinación de colores, pero la carrocería... uff, es "dificil de ver".
La miniatura se lleva una nota alta gracias a su originalidad, es una pieza rara por acá y más con el tiempo.
Saludos y Feliz 2017!
Perdón, Antonio. Suelo ponerlo en las reseñas pero esta vez me olvidé. "Carajás" era el nombre de una tribu indígena de Brasil. Gurgel usaba esos nombres, ya lo había hecho antes, por ejemplo, con el "Xavante", nombre que también se refería a una etnia indígena.
EliminarDe hecho los primeros ejemplares de la serie "Carros Inesqueciveis do Brasil" ya son más difíciles de ver y su precio se ha elevado.
Saludos!