La historia de la
instalación de Simca en Brasil es apasionante. Una empresa francesa en busca de
expandir horizontes, radicada en un país en vías de desarrollo, con ninguna
experiencia en la producción de automóviles planteaba enormes desafíos.
La compañía se instaló
en Belo Horizonte, con sucursales en Río de Janeiro y planta fabril en Sao
Bernardo do Campo. Desde Francia llegaron las prensas para producir los componentes
de carrocería del modelo “Chambord”, a la sazón discontinuado en el país
europeo.
Los primeros años no fueron fáciles. En la misma Francia el Chambord y todos los demás modelos relacionados con él nunca fueron muy populares. Para producirlo y venderlo en Brasil hubo que adaptarlo al clima local y las condiciones de las carreteras del país vecino. Los modelos de prueba se recalentaban en caminos difíciles de montaña y en los veranos tropicales.
Tampoco fué fácil lidiar con las autopartistas. No existía tecnología local para producir amortiguadores, por ejemplo, y del primer lote de 100 cigüeñales fabricados para Simca se rechazaron 98 por defectuosos. Al comienzo la fábrica producía solo tres unidades diarias. Hasta su paso a manos de Chrysler, en 1967, Simca do Brasil produjo 50.833 vehículos, entre los modelos Chambord, Presidence, Rallye, Jangada, Alvorada, Professional, Regente y Esplanada. El Chambord tuvo una version denominada “Rallye” que se refería a un modelo con algunos elementos distintivos, que consistían en molduras específicas, asientos delanteros de butacas, y principalmente dos curiosas tomas de aire delantras ubicadas en el capó, de dudosa estética y nunca vistas en modelos franceses El Rallye tenía el motor V8 de 2.414cc y 105CV, asociado a una caja manual de tres marchas. Rendía 7,8 kilómetros por litro de nafta y lograba una velocidad máxima de 138 km/h.
A diferencia de la suerte que tuvo el modelo en Francia, en Brasil el Chambord fue llamado “el Cadillac brasilero”, debido a sus “colas de pez”. El público lo asociaba a lujo y sofisticación. Su éxito fue acompañado por una serie de television llamada “Vigilante Rodoviário” en la cual el actor Carlos Miranda conducía un Simca Amarillo. Luego, todos querían tener un Simca.
El principal problema del coche era su mecánica. Desde el inicio su tecnología era obsoleta y anacrónica. Utilizaba el mismo motor V8 de los Matford de la década del 30. Durante la crisis del petróleo de 1970 los altamante gastadores Simca se convirtieron en un problema. Hubo gente que los cambiaba por una estufa o una heladera. Hoy en día no existen más de 500 Simca en todo Brasil, ya que su destino preponderante fue el desguace.
La marca Simca se dejó de utilizar en Brasil en 1967, cuando Chrysler tomó el control, y rebautizó a los modelos con su nombre. Las últimas unidades de origen Simca se produjeron hasta 1969, cuando fueron reemplazadas por el novísimo Dodge Dart. La miniatura es de origen Ixo y pertenece a la serie “Autos Inesqueciveis Do Brasil”, con retoques artesanales en interiors, neumáticos, parrilla y escape.
CRUISER
Muy interesante la historia, no tenía detalles aunque debí esperar algo así.
ResponderEliminarQuizás acá hayamos tenido algo parecido con el desembarco de Kaiser en Santa Isabel...
A história é bem interessante, porém como brasileiro, eu considero que a Simca foi uma das marcas menos "simpáticas" por aqui quando houve o início da indústria nacional. Primeiro porque diz a lenda que a marca só montou fabrica no Brasil após uma enorme insistência do governo brasileiro, ao passo que outros fabricantes vieram para cá com muito mais boa vontade.
ResponderEliminarSegundo porque entre as "pioneiras" foi a que menos investiu no mercado brasileiro. Trouxe o velho Chambord, que apesar de muito bonito, era um modelo da década passada, descontinuado na Europa, e continuou apenas com esse modelo por muito anos.
Eu penso que entre os primeiros fabricantes que montaram fábricas de carros no país quem mereceu um lugar de destaque (além de VW e DKW) foi a Willys, pois a marca investiu pesado no Brasil, lançou muitas novidades, fez projetos locais, tinha um boa equipe de competição, fábrica moderna para a época, etc. E o Brasil manteve a Willys por alguns anos, mesmo ela estando muito mal nos EUA nos anos 60. Quando a Willys estava prestes a lançar o projeto perfeito para permanecer forte no mercado nacional, que seria o Renault 12, veio a compra da matriz americana pela Ford (e a filial brasileira foi junto). Com isso o Renault 12 no Brasil virou o Ford Corcel e foi um imenso sucesso. Eu imagino como seria se a Willys tivesse tido apenas um ano a mais para ver o sucesso do seu carro, talvez a história fosse diferente...
muy interesante comentario, siempre es bueno escuchar la otra campana!
EliminarMuy lindo auto, no sabia que la coleccion brasileña incluía Simca.
ResponderEliminarsaludos!
es interesante la vida de este auto que comenzo como un ford, sobrevivio a dos ventas de empresas y termino muriendo como chrysler
ResponderEliminarComo bien dijeron algunos colegas mas arriba, este auto francés es toda una oveja negra en la industria de aquel país, ya que tiene genes de Ford americanos, y además un diseño muy alejado de la nueva referencia que impuso en Francia (y en el mundo) la aparición del Citroën DS, que vino a patear el tablero de la industria. Por éso entre otras cosas no fue un auto muy exitoso en Francia, pero tuvo una segunda vida en Brasil donde -como solía pasar- se estiró su vida útil por muchos años, restyling de por medio.
ResponderEliminarSaludos a todos y gracias por aportar.
Una pequeña corrección al texto: cuando comenzó a fabricarse en Brasil (1959), el Chambord no era un automóvil discontinuado en Francia, lo que ocurrió solo en 1961. Cuando fue lanzado en Brasil, era el mismo que el modelo francés de 1958/1961.
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