La
vertiginosa evolución de los coches de TC de mediados a fines de la década del
60 permitió el surgimiento de impensados bólidos de carreras, originales y
únicos en el mundo. Al Torino Liebre le siguió un nuevo modelo en 1967, apodado
luego “Liebre 1 ½”, que presentaba elementos novedosos como el acortamiento del
chasis y la reubicación del motor, un tanto mas retrasado, para permitir la
mejor distribución de pesos, acompañado de nuevos anclajes del mismo al chasis
y una mejora notable de las suspensiones. La Liebre 1 ½ era sin embargo un Torino en su
aspecto exterior, a no ser por las menor longitud y la trompa aerodinámica ya
vista en el modelo Liebre MK I.
Pero en ese
mismo año apareció el prototipo “Liebre II”, el cual ya no tenía apariencia de
Torino por ninguna parte, si bien presentaba sus emblemas y las ópticas
traseras del coche de serie. El diseñador Heriberto Pronello ideó un concepto
que pudiera hacer frente a la también rápida evolución de la competencia, los
Steven Ford, los Chevrolet Chevitú, Garrafa y Barracuda, que pusieron
rápidamente en desventaja a los productos de IKA.
Originalmente
nominado como “Pachamama”, el nuevo modelo de Pronello no tardó en ser
rebautizado como “Liebre MK II”. Se convirtió en la evolución mas radical que
hubiera experimentado un coche de TC en tan poco tiempo, siendo ahora un
prototipo nato de competición. Del Torino original, además de los pocos
elementos externos ya nombrados, heredaba el motor y la caja de cambios.
Para
construir el casco se partió de una carrocería de coupé Torino a la que se le
retiró el baúl, la trompa y el techo. El chasis era el de la anterior Liebre 1
½, con la adición de una estructura tubular reticulada y el techo partía de la
base del de un Renault Dauphine y los pasarruedas traseros provenían de una
pickup Jeep Gladiator.
El sector
trasero del prototipo era lo mas llamativo, ya que lejos de recordar un auto de
carreras se parecía mas a un hatchback de calle. Tal diseño, producto del
instinto y el empirismo de aquellos desarrolladores, ya que no utilizaban nada
parecido a un túnel de viento, resultó ser tan eficaz aerodinámicamente que
nunca tuvo que recurrir a elementos adicionales (alerones) para
mejorar su tenida en curvas, que era excelente.
Preparadas
mecánicamente por Oreste Berta, las Liebres II pronto se convirtieron nuevamente
en los coches de referencia y dominadores absolutos de la categoría. El
campeonato de 1967 quedó en manos de una de ellas, al mando de Eduardo Copello,
y de esa manera se inscribió una nueva marca por primera vez en la historia del
TC, distinta a Chevrolet y Ford.
Eduardo Copello era un piloto de grandes
condiciones, ponderadas tanto por Juan Manuel Fangio, su padrino deportivo para
su incursión europea, como por el preparador Oreste Berta, quien le confiaba
sus productos. De perfil muy bajo, sólo se limitaba a hacer lo suyo siendo muy
veloz en las pistas. Ganó 21 carreras en TC, siempre con la marca IKA Torino.
Según los
especialistas e historiadores, la Liebre II
fue el mejor auto que haya corrido jamás en la categoría TC. Muy pronto las
Liebres eran solicitadas por equipos independientes a Pronello, quien se dedicó
a construirlas en pequeñas series. La libertad reglamentaria era tal que hasta
las hubo en pista con motores Chevrolet 250.
La
miniatura de la colección TC de Planeta DeAgostini es una pieza muy esperada,
ya que se constituye en un sueño hecho realidad para los aficionados locales.
Viene a complementar o reemplazar las numerosas reproducciones artesanales que
mal cubrían la demanda debido a su precio lógicamente elevado. En general está
bien lograda y plena de detalles, aunque se le puede criticar la rectitud y
horizontalidad del techo, porque el modelo original lo tenía más redondeado,
alto y con mayor caída hacia atrás.
El ancho de los neumáticos tampoco es el
que más se recuerda en estos modelos, es de suponer que la unidad representada
no estaba preparada para autódromo sino para circuitos mixtos de pavimento y
tierra o ripio. Le detallé los interiores en color aluminio y el aro del volante símil madera.
CRUISER
Tal como decís una pieza muy esperada, un clásico como el Trueno Naranja que tanto se hizo rogar.
ResponderEliminarEl modelo está muy bien logrado, con la salvedad del techo y los neumáticos ya mencionados, junto a la otra Liebre blanca siguiente hacen un trío imperdible.
Abrazo!
A la Liebre blanca le intervine los neumáticos, ya la vamos a ver en la próxima entrada. A éste no porque trae las letras blancas en las gomas y no quise perder ese detalle.
EliminarSaludos!
Magnificent Liebre!
ResponderEliminarY qué lindos los boxes, te felicito.
El modelo no es perfecto pero está mucho mejor que las reproducciones de plástico soplado con las que muchos nos iniciamos en esto de juntar autitos.
Seee!! Sabés que mi caso fue al revés del de la mayoría. Yo jugaba con aquellas Liebres, Garrafas y Falcon angostados de plástico inflado y mucho tiempo después me enteré que eran reproducciones de autos de verdad. Para mí eran simples autitos de juguete que no copiaban nada. Y lo más lindo de aquellos sencillos juguetes eran aquellas "gomas" tan anchas y sobresalientes. Es lo que les falta a estas nuevas Liebres de precisión en 1/43.
EliminarSaludos!
Seguramente estarás cansado de leer que siempre te escribo que esta colección es fenomenal, el modelo es hermoso más allá de los detalles mencionados, pero con esta reproducción me pasa que me gusta mas la maqueta que el auto real, estuve a nada de comprar otro, cortarle el techo y hacer un hermoso convertible, cuando lo tenía en la mano lo miraba y me encantaba la idea, pero se me pasó, modelazo diego.
ResponderEliminarHola Laureano! Me quedé pensando en tu idea después de leer el comentario, y también me imagino a este auto como convertible de calle luego de imaginar tu intervención. Te digo que como lo sprecios de estos autitos tienden a bajar con el tiempo, y no ya a subir, no sería descabellado intentar algo como lo que decís. Yo lo hice con una coupé Fuego plasmando una idea que tenía desde hacía muchos años, es la que ves en el link de acá:
Eliminarclasicosenescala.blogspot.com/2017/05/renault-fuego-gto-22-1981.html
Y otra cosa que me quedé pensando, los Crespi Tulia no eran muy distintos a éstos, eran adaptaciones para calle. Y una última cuestión: así como los deportivos italianos de aquellos años tenían su imagen, los ingleses a su vez la suya, quizás los hipotéticos deportivos de calle argentino que nunca hemos tenido hubieran tenido sus genes en estas formas de transición entre el TC y el SP. No hubiera sido una mala idea, y si las contínuas crisis estructurales de este país no hubieran mediado, quizás hoy estaríamos hablando de un "estilo argentino" con deportivos de calles caracterizados por estas trompas que vimos nacer en aquel loco TC.
Saludos!!
Es verdad.
EliminarTenemos (o tuvimos) una excelente industria de AFF (armados fuera de fábrica) que se esmeraban en reproducir Lotus, Cobras, Ford GT, Maseratis, Porsche y otros diseños foráneos, en vez de hacer Huayras, Liebres o Garrafas.
Un Huayra Spyder stradale seria (o hubiera sido) un excelente punto de partida.
Fijáte Gaucho, que Laureano nos dió una idea muy buena. Y se trata de otra de las variantes y derivaciones de la aparición de estas colecciones, que como digo siempre, no vienen a terminar con los artesanos sino a darle nuevas opciones. Ya me estoy imaginando trabajar sobre estos prototipos para derivar los GT de calle que nunca tuvimos. Ojo que me voy a poner en campaña para adquirir algunos y empezar a experimentar! Imagino que también derivarán de éstos algunos Gauchomódels!
EliminarSaludos!
Es tentador, pero no sé si me engancho; te explico:
EliminarAlguna vez, al principio de mi camino, pensé en diseñar autos y lo más sofisticado que logré imaginar era una mezcla de Lotus Esprit y Fiat X1/9.
El diseño es muy difícil para mi y no sé si me animo a empezar ahora.
En cuanto a modificar autitos diecast, el metal es otro conflicto para mi. Ahora estoy haciendo un injerto de madera en metal y me cuesta mucho, luego te paso fotos por FB.
Liebre sin techo? habría que buscar solución a la trasera, quedaría como una Ferrari 308? o con la trasera rasa como un Mercedes Pagoda? en este segundo caso hay que tapar el agujero restante...
Sii! Mucha masilla y lija....
EliminarTenía ya esta Liebre II, de la misma carreras, pero en versión Gradassi, fabricada por 380W Models. Pero no podía dejar de sumar el del coleccionable. Y se vino la Liebre II también (me falta la I de Di Palma, ya llegará).
ResponderEliminarSueño con una futura colección de SP argentinos...
Abrazo!
Ojalá, Juan! Esta época de transición entre TC y SP es fabulosa, ojalá los veamos a todos aquellos autos legendarios.
EliminarSaludos!
Hoy, aparte de disfrutar con la historia del Torino Pachamama (La Madre Tierra, qué barbaridad!) hasta convertirse en Liebre, de gozar con los boxes del diorama y respirar un poco el ambiente, para mí desconocido, de estos TC, me habéis descubierto el Crespi Tulia, del que nada conocía. Como siempre digo, cuánto se aprende en estos blogs.
EliminarYa que habláis de Luis Di Palma, supongo que es el mismo piloto del autito que compré en la exposición madrileña ClassicAuto el pasado sábado
https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-626943817-ferrari-365-luis-di-palma-nestor-garcia-veiga-le-mans-1973-_JM
Soy entusiasta del Ferrari Daytona y de Le Mans, y no pensaba encontrar este versión de 1973 con pilotos argentinos: Luis Di Palma y Néstor García Veiga. Pocas he veces he gastado 20 Euros con tanto gusto.
Saludos.
Hola Bernardo. El Crespi Tulia es otro de los "Fuera de Serie" construídos en los 70s, y que espero que aparezca en la colección "Inolvidables". Felicitaciones por la Daytona con tripulación argentina!
EliminarSaludos!
Hay una historia sobre el desarrollo de este auto: mientras Pronello no le encontraba la vuelta, en 45 dias Tulio Crespi fabrica y pone en pista el Petiso. Pronello fue al taller a increparlo potque creía que la altura era antirreglamentaria y Crespi le mostró el reglamento: la altura de la carroceria se mide de la parte más alta del techo hasta la más baja del piso, desde afuera. Pronello lo hacia desde el interior. Fue victoria para Crespi, aunque las carreras se las llevó Pronello.
ResponderEliminarEl modelo cumple, aunque bien podría estar mejor.
Saludos.
Hola Américo. Volviendo a lo que comentábamos mas arriba, el Petiso fue uno de los pocos ejemplos de la aparición de un auto de calle derivado de estos prototipos de carrera, porque era muy similar al Crespi Tulia, un auto muy lindo y original que tuvimos la suerte de ver en las calles. Gracias por tus aportes.
EliminarSaludos!