Para 1958
la categoría Turismo Carretera seguía utilizando las viejas coupés de
Preguerra. La contienda mundial había complicado las cosas. Partes importadas
como repuestos y neumáticos eran imposibles de conseguir, y la categoría estuvo
con receso oficial entre 1942 y 1946, con su actividad reducida al mínimo en
aquellos años. Cuando retomó su normalidad, el parque automotor era antiguo,
pero los artesanos mecánicos seguían trabajando sobre aquellos chasis y motores
a fin de lograr mejor performance.
Eran los
años en los que ya aparecían en las carrocerías muchos indicios de que algunas
piezas eran de fabricación artesanal, con criterio más utilitario que estético.
Se seguían alivianando los componentes o directamente desechando algunos.
Los coches
desarrollaban cada vez más velocidad, los elementos de seguridad no existían, y
las carreras se cobraban muchas vidas humanas entre pilotos, acompañantes y
espectadores. La imprudencia y la desorganización eran moneda corriente y el
peligro estaba presente en cada camino. La aparición de nuevos autos en el
mercado hizo que los Grandes Premios se desdoblaran, en categorías TC y
Standard, pero a menudo ambas corrían juntas, mostrándose en los caminos una
mezcla heterogénea de participantes, que iban desde por ejemplo, los viejos
Ford y Chevrolet norteamericanos hasta los VW Escarabajo.
Los
campeonatos de TC de Posguerra estuvieron dominados por los hermanos Gálvez.
Entre Juan y Oscar se alzaron con 14 de los 15 titulos en disputa entre 1947 y
1961. Juan campeonó en ese período en 9 oportunidades, siendo el suyo un récord
aún no igualado al día de hoy.
Su Ford era un coche modelo 1939, que debutó
alzándose con la copa en 1947, y fue siempre reutilizado en todos los
campeonatos posteriores, con mejoras contínuas en su mecánica y cambios
constantes en su apariencia.
Tenía un
tanque de combustible con capacidad de 280 litros y el consumo
promedio en carrera era de 2,75 kilómetros por litro. Llevaba siempre tres
ruedas auxiliares en el baúl. El motor era un V8 que llegaba a los 170HP. El
peso del auto en orden de carrera era de 1.700kg.
El que estamos
viendo corresponde al penúltimo campeonato conseguido por Juan Gálvez, el de
1958. Volvería a ser campeón en 1960, perdiendo la vida en un accidente en una
carrera del campeonato de 1963.
Este coche presenta la particularidad e
tener todo su sector frontal reemplazado por chapas plegadas artesanalmente. El frontal original del auto y sus guardabarros habían quedado atrás luego de
sucesivas adaptaciones para perder peso y ganar velocidad. La miniatura es otra entrega de la colección TC de Planeta/DeAgostini.
CRUISER
Lo tengo agendado, mire que bien plantado está y encima sobre camino de tierra, las fotos salieron redonditas!
ResponderEliminarMientras lo miraba pensaba si sería pertinente pintar las tuercas de las llantas.
Y sí, es imposible que esas tuercas fueran azules. Eran tuercas, o sea, color óxido.
EliminarSaludos!
Un recuerdo de los viejos TC., como vos decís todo artesanal allí se veía como el ingenio de los constructores y la sabiduría de los pilotos o/y copilotos porque a veces ellos mismos debían reparar la "máquina" para seguir en carrera. Honor y Gloria para los hermanos Gálvez y tantos otros.
ResponderEliminarAsí es, ése era el sentido y la razón de ser de los copilotos. Usualmente eran mecánicos, capacitados para reparar en el camino. Luego quedó como una tradición y los copilotoe pasaron a ser los amigos, los famosos, las amantes, y así sólo lograban duplicar las víctimas en los accidentes. Felizmente eso se terminó, pero no hace muchos años.
EliminarSaludos!
las tuercas pueden ser azules porque la cupecita, se entiende que esta recién "estrenada", no le han metido fierro. Saludos
ResponderEliminarSi, seguro que recién pintadas las llantas las tuercas se presentarían en ese color.
EliminarBien! vamos contentos.
ResponderEliminarMe encanta el diorama "de campaña" con otros autos estacionados màs allà.
Gracias! Creo que están situados en un lugar bastante peligroso pero bueno, si no no sería TC...
EliminarSaludos!
Los americanos de inmediata preguerra ('37/'41 aprox) son más bien escasos en escala 1/43, ni que hablar si son de TC.
ResponderEliminarTengo el modelo, y más allá de lo que se le puede exigir o no a un coleccionable, le notaba algo raro. No sabía qué era, hasta que ví la foto del auto real: los vidrios. No van al ras, sino que están un tanto retirados hacia el centro.
Saludos.
Buena observación la de los vidrios laterales. En realidad se debe a un problema de encastre, haciendo presión sobre ellos con los dedos se fueron a su lugar y quedaron mucho mejor. Gracias por la observación!
Eliminarmuy bueno, refleja la rusticidad del coche real, me sumo en los elogios para el diorama, que ya en la entrada anterioe de TC me habia gustado.
ResponderEliminarsaludos!
Gracias Mariano.
EliminarSaludos!
La ûltima fotografía a B/N bien engaña al espectador. Gran repesentación y gran apasionante miniatura.
ResponderEliminarGracias Eddie. Se trata de una colección interesante y muy esperada aquí.
EliminarSaludos!
Cruiser, bien por tu segundo modelo de carreras, excelente miniatura y mejor presentación aún; ambos son cupecitas de TC, ¿comprarás también alguno de los modernos? Me refiero a los adefesios siglo XXI...
ResponderEliminarEspero impaciente la llegada de estos coleccionables de TC más allá de la General Paz. ¿Se dará esa llegada? Ya lo estoy dudando, y más viendo como algunos F1 solo aparecen en los kioscos de Buenos Aires.
Abrazo!
Świetny model! Byłem zdecydowany na zakup, ale wyprzedał się zanim miałem możliwość zakupu :(
ResponderEliminarPozdrowienia