Los años
80s eran auspiciosos para GM do Brasil. El Opala era el auto más demandado por
el público, y su tecnología amortizada le dejaba grandes ganancias a la
empresa. Para mejorar el panorama, su competidor, el Ford Maverick era muy caro
de producir, sus ventas iban a la baja y finalmente se había dejado de producir
en 1979, liberando el camino al Opala para prácticamente monopolizar su nicho
de mercado.
Cuando Ford
reaccionó y presentó al Del Rey como alternativa, valiéndose también de un
rediseño del viejo Ford Corcel, GM tuvo que aggiornar al Opala a fin de seguir
en carrera.
Tres
restylings tuvieron lugar en la década del 80. El último de ellos, que es el
que nos ocupa ahora, tuvo lugar en 1988. Por entonces las versiones renovadas
de los Ford Del Rey y VW Santana evidenciaban el envejecimiento de las líneas
del Opala. Fue así que en 1988 se hizo otro restyling en el frente y la parte
trasera.
Ese año
aparecieron nuevos faros trapezoidales en el frente y pilotos traseros mas
grandes. La sección frontal del capó bajaba más hacia la parrilla, que tenía
también un diseño inspirado en el novísimo Monza.
En el
interior había nuevo volante, nuevo diseño del instrumental y algunos ítems novedosos
en la industria local como el volante regulable en altura con siete posiciones,
salidas de aire acondicionado para las plazas traseras, alarma de olvido de
luces encendidas, temporizadores para faros y luces internas, y
levantacristales eléctricos.
Versiones
simplificadas y con equipamiento básico, llamadas “L” fueron destinadas a
flotas de taxis y empresas y dependencias gubernamentales. Para 1989 aparece la
opción de caja automática y desaparece de la oferta la versión coupé. La versión Station Wagon se siguió produciendo.
El motor
era el mismo veterano de 4,1
litros de origen Impala, cuya relación de compresión fue
pasada en 1989 de 7,5:1 a 8;1, llevando la potencia de 135 a 141 CV en la versión a
alcohol, y de 118 a
121CV en la de gasolina. Al mismo tiempo
se reducía el consumo y la contaminación.
La
miniatura pertenece a la Chevrolet
Collection de Brasil, con numerosos retoques que incluyen color en los interiores, pintado de detalles cromados en baguetas, parabolpes y contornos de ópticas traseras.
CRUISER
se ve bien, pero le falta el tìpico glamour de los autos argentinos, por ejemplo el falcon
ResponderEliminarEs un sarcasmo? jajaj
EliminarSaludos!
Debió ser un cochazo, aunque la línea ya se iba viendo antigua. En alguna foto incluso se me pareció al SEAT 132 que yo tengo, el de la segunda serie. Hasta el color me lo recordó.
ResponderEliminarSaludos!
p.d. La miniatura me agradó mucho, pero es cierto que quizás le falte el glamour del norteamericano Ford Falcon.
Más allá de las líneas antiguas, lo que sucedía con éste y con varios coches "viejos" de la región que se vendieron durante décadas, era que al estar súper amortizados, los costos eran bajos y por no mucho dinero te podías hacer con un auto súper probado, confiable y con todos los extras que lo ponían a la altura de los más avanzados. Obviamente los motores también eran antiguos. Fíjate que este "Rekord C" fue reemplazado en Brasil por el Omega, siendo que en Alemania entre esos dos coches hubo varias generaciones que en Brasil no existieron y cuyo nicho fue ocupado por los sucesivos restylings de este Opala. Sería como preguntarse también por aquello del huevo o la gallina, si el usuario brasileño era adicto al Opala por sus virtudes o porque no tenía mucho para elegir. Pareciera más por lo primero y por su bajo costo, porque el Omega nunca fue tan exitoso como este veterano.
EliminarSaludos!
Me encanta el opala, fue el primer auto con levantavidrios traseros al que me subi (un taxi de los denominados "mau" en Asuncion). La miniatura esta buenisima y creo que ahora si ya tenes casi todas las generaciones je. Saludos!
ResponderEliminarSi, era lo que decíamos mas arriba. Un coche que con el paso del tiempo fue recibiendo adelantos y elementos de confort que no había tenido en sus orígenes, y más allá de sus líneas antiguas quedaba como un auto "lujoso" a pesar de su antigüedad.
EliminarSaludos!
Me falta sólo una generación de Opala, que es el llamado "Comodoro" de 1982, que acaba de salir en la colección Chevrolet brasileña, que ya un amigo me lo ha conseguido pero tenemos aún que afinar la logística para que me envíe el paquete.
EliminarSaludos!
Este coche entraba por los ojos. Yo no lo conocía, cuando me estaban esperando en el aeropuerto de Río de Janeiro, el 28 de Diciembre de 1991. Inmejorable respuesta de la agencia de viajes (¡pero si yo no había pagado tanto!). Para olvidar el jet-lag. Y en un color negro precioso. Amor a primera vista. Desconozco si era esta misma versión, pero en todo caso habría muy poca diferencia.
ResponderEliminarLa maqueta parece un Neo. Qué bien te ha quedado.
Saludos.
Si era en esa época y el coche era nuevo, seguramente se trataba de esta versión.
EliminarSaludos!
¡Una gran miniatura! ¡Me gustó mucho las mejoras! Sobre los levantacristales eléctricos, no eran novedad en la industria brasileña, ya existían a muchos años. El propio Opala ya los traía desde la línea 1985. En cuanto a la caja automática, los Opala ya las tenían desde 1974, pero eran de 3 velocidades. A partir de 1988 (y no 1989) pasaron a ser equipados con una caja ZF de 4 velocidades importada de Alemania, la misma que equipaba en la época Jaguar y BMW. El último año de la versión coupé fue 1988. Opalas coupé 88 son muy buscados y valorados hoy, especialmente en la versión Diplomata.
ResponderEliminarGracias por los datos!
EliminarSaludos!