En ésta y en otras entradas sucesivas veremos la evilución de los modelos de las cuatro principales marcas del TC que entre finales de la década de los 60s y principios de los 70s reemplazaron el parque de las viejas "cupecitas". Desde su aparición original en el mercado hasta sus últimas encarnaciones en la categoría mas longeva del automovilismo mundial. Es el turno del modelo Chevy de Chevrolet.
Basado en el "Nova" estadounidense, la filial local de Chevrolet lanzó el Chevy con pocos meses de diferencia. Prácticamente no tenía diferencias con su par norteamericano. En el TC vino a reemplazar al "Chevitú", primer compacto aparecido en la categoría. La coupé Chevy SS de fábrica luce aquí en las fotos al lado de su última variante deportiva, y podemos ver las pocas similitudes y muchas diferencias que se aprecian entre ambos.
El modelo de competición, por reglamento, no debe alejarse de las líneas de diseño del modelo original en general, aunque se trate de un prototipo artesanal que carece de chasis convencional. Al estilo de los Nascar, su estructura es de perfiles de hierro estructural con cobertura de paneles de chapa estampada y fibra de vidrio.
Obviamente los motores tampoco tienen mucho que ver con los originales, aquí no es la intención de hablar de ellos sino de la parte estética de ambos autos. Desde prácticamente sus inicios en la categoría, el conjunto capó, parrilla, guardabarros delanteros de serie eran reemplazados por una sola pieza plástica de forma aerodinámica. En el caso del modelo de competición que vemos aquí, que es con el cual Agustín Canapino ganó el campeonato de 2018, el diseño de esa trompa tampoco tiene nada que ver con las primeras estrenadas en los 70s. Se trata de una pieza mucho mas baja y ancha, con líneas mas complejas. Una de sus características es el abultamiento a la altura de los pasarruedas, ya que la ausencia de chasis permitió ubicar el impulsor mucho mas cerca del piso y perder altura general en el vehículo.
Dimensionalmente difieren además de en el alto, en el ancho y el largo. Techos, luneta y parabrisas mantienen sus formas y dimensiones originales. El ancho se ve afectado por la adopción de los pontones defensivos laterales.
El sector trasero del coche de carreras es el que más recuerda el diseño del Chevy original, ya que en ese a parte no hay pontones laterales. El gran alerón no afecta las líneas que se adivinan de Chevy sin prestarse a confusiones. Obviamente desde muy poco después de su debut en las pistas se perdieron ópticas traseras y paragolpes.
Ambas miniaturas están muy bien resueltas por el fabricante, y a pesar de tener origen y destino muy distintos, en ambas se advierte coincidencia de las medidas directrices y en la comparación se observa coincidencia en diseños y proporciones.
En una vista frontal nada hace pensar que un auto es la derivación del otro, solamente el parabrisas es el único elemento que mantiene su forma y diseño original. La diferencia en el ancho de las trochas también es muy notable desde este ángulo. Con sus dimensiones, construcción y aerodinamia, el actual TC es una máquina de carreras con grandes aptitudes. En el caso del Chevy su esbelto y armónico diseño de fábrica hace que sea aún hoy un auto de competición muy bonito y dinámico, siendo uno de los mas bellos de la categoría.
CRUISER
Hola, yo de nuevo por acá con mis observaciones.
ResponderEliminarLos autos del Turismo Carretera de esta época son de estructura de caños de acero con la carrocería en chapa de acero copiando la forma del auto original que representan. Los capots aerodinámicos son de plástico reforzado o similar. (Ver reglamento en actc.org.ar).
Creo que los autos de NASCAR tienen una construcción similar pero con la chapa de la carrocería de aluminio.
Que alguien más informado corrija o confirme.
Saludos
Mario
Hola Mario. Gracias por tus aportes! Ya corregí los datos en la entrada. Saludos!!
EliminarMuy interesante, yo también quería algún día hacer algo similar.
ResponderEliminarLo que más me fascina de este contrapunto de Chevys, es que se llega de A a B por evolución. No fue de un día para otro, no fue magia, sino que fue una serie de cambios, reglamentados o quizás consensuados, que primero modificaron trompas, luego bajaron suspensiones, después volvieron a modificar trompa, agregaron alerones, tomas de aire que fueron cambiando, pontones, y así sucesivamente, todos los pasos hasta llegar al fantástico B actual.
Yo sé que algunos reniegan de la aplicabilidad del término "evolución" a la categoría TC, quizás tengan razón, pero para mi, los TC de ahora son espectaculares, al menos a la vista de las fotos o de los modelos a escala.
No fui ni iría a ninguna carrera, me aburre ver pasar los autos, y además me resulta muy ruidoso.
Por lo que vi, tienen la misma distancia entre ejes? eso habla de la calidad de ambas reproducciones (o de la mala calidad en concordancia!).
Claro Eduardo, fue una evolución lenta, teniendo en cuenta el conservadurismo de la categoría, por éso es interesante comparar el primero y el último, el punto de partida y el de llegada. La verdad no imagino qué se vendrá después de ésto, se habla de trompas originales, pero creo que sería un error, una involución, además de un atentado contra la aerodinamia. No sé qué sentido tendría cuando hace varias décadas que ninguno de estos autos se fabrica, quién querría promocionarlos? Y más allá de las posturas de cada uno respecto a los coches y la actualidad de la categoría, estos diseños me parecen lindísimos.
EliminarSaludos!
Muy buena comparativa para conocer el origen y evolución de los coches del TC de la época. Coincido en la apreciación estética: ambos ejemplares son muy bonitos.
ResponderEliminarPor una vez me quedo con el de calle, aunque las siglas Super Sport del Chevy original ya lo predisponían a los autódromos.
Saludos.