Vemos lado
a lado a dos coches muy parecidos, los cuales es complejo distinguir a primera
vista si no los tenemos juntos. El azul es el Lancia Aprilia aparecido en
1937, y el color plata es su complemento económico, el Ardea, comercializado a
partir de 1941. Ambas son miniaturas de la marca Norev.
Como vemos,
ambos son muy parecidos, el Ardea es una versión de Aprilia reducida en un 10%. Desde el frente se ven muy similares, aunque el Ardea presenta ópticas más chicas y el parabrisas más angosto. Paragolpes enterizo para el Aprilia, partido en dos piezas para el Ardea.
La
ubicación avanzada del tren delantero y del motor (prácticamente montado sobre
el eje ) hacen que la distancia entre ejes sea importante a pesar del
carácter compacto de estos vehículos. Ello redundaba en una muy buena
habitabilidad interior.
Los
ocupantes de las plazas traseras del Ardea tenían aún más comodidades a la
altura de la cabeza que los del Aprilia, gracias a que la curva descendente del
techo no era tan fluída como en el caso de su hermano mayor.
Ambos
tenían un excelente coeficiente aerodinámico, (Cx 0,38) y eso se aprecia en la
fluidez de las líneas. El Aprilia aprobó el examen y el Ardea
copió la fórmula.
Desde atrás se aprecia una de las diferencias más notables: Luneta enteriza para el Ardea. partida para el Aprilia. Si bien en algún momento de la producción del Aprilia la apertura del capó era enteriza y no tenía tapa de baúl (se accedía desde el interior) en la versión que reproduce la miniatura esos dos ítems se habían rediseñado, presentando tapa de baúl y de capó convencionales.
La tapa del baúl del Aprilia tenía las bisagras en la parte superior, la del Ardea abría "al revés", con las bisagras en la parte inferior, y el tirador del portón en la superior.
La vista aérea demuestra cómo ambos coches son prácticamente lo mismo en distinta escala. El habitáculo del Ardea era proporcionalmente más amplio, ya que el vano motor ocupaba menor volumen, en función al pequeño impulsor que lo equipaba.
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