Edgardo Fernández se dedicaba a la
preparación de chasis de carreras para TC 2000 y Fórmula Renault. El
concesionario Fiat Carbone Caballero encargó a Fernandez la preparación de una
versión radical y extrema del Uno, el modelo de tres puertas que la marca había
presentado en el país el año anterior, y rápidamente se convirtió en el coche
de moda.
La versión mas equipada dl exitoso
compacto de Fiat era por entonces el SCV (Super Confort Veloce) pero la idea
del concesionario era retomar el viejo espíritu de los IAVA de las décadas de
los 70s y 80s, poniendo en la calle una versión especialísima y exclusiva para
aquellos que quisieran diferenciarse mediante un auto que ya de por sí era
objeto del deseo de jóvenes “tuercas” locales.
Un equipo de desarrolladores al mando de Fernández se encargó de diferenciar al nuevo prototipo del Uno de serie en todos los aspectos posibles. En sus talleres se recibían los Uno SCV y se procedía a desarmarlos, cambiándoles algunas piezas. Recibía un spoiler delantero de grandes dimensiones, que contenía al paragolpes y un par de proyectores auxiliares. En el techo, en la parte posterior, se ubicaba un alerón de grandes dimensiones que sobrecargaba aerodinámicamente la trocha trasera, y se complementaba el nuevo aspecto exterior con un paragolpes trasero de exclusivo diseño que contenía la doble salida de escapes en el centro del mismo.
La parrilla era de diseño exclusivo y las llantas de las ruedas eran planas, para contribuir a la aerodinamia. Eran de aleación liviana y realizadas por la empresa Ruedas Argentinas. El esquema de suspensiones era totalmente reemplazado para conferirle mas dureza y deportividad, mejorando también la rigidez torsional. Las trochas habían sido ensanchadas y los guardabarros tenían un trabajo artesanal que acompañaba la nueva medida de los trenes.
En el interior los cambios eran menos notorios pero se había reemplazado el tablero convencional por otro con indicadores lumínicos led, verdes, amarillos y rojos, más futurista. Las butacas eran mas envolventes y tapizadas en cuero negro.
El motor 1.6 había recibido mejoras por parte del preparador de autos de carrera Rafael Balestrini. Arbol de levas especial y carburador mas grande (en casos dos) hacían que la potencia de los más extremos se elevara a 170CV, lo que combinado con su bajo peso lo hacían convertirse en uno de los coches con mejor performance que jamás hayan transitado las calles argentinas.
Los frenos de discos delanteros eran de mayor diámetro que los de serie, mientras que los originales se desplazaban al sector trasero, con cálipers especiales y pastillas de origen Audi. Espirales en la suspensión trasera reempazaba el elástico transversal de fábrica. Piñones y cremalleras de dirección habían sido reemplazados para conferir mayor seguridad de manejo a altas velocidades.
La velocidad de punta era de 181,5 km/h y la aceleración de 0 a 100 llevaba 9,6 segundos. Se dice que sólo diez de estos “fuera de serie” vieron la luz, de los cuales se conserva sólo uno. La miniatura es una agradable sorpresa de la colección 80s/90s de Salvat.
CRUISER
Otros de los que no compre, no me gusta para nada esta "metamorfosis" que le hicieron al Fiat Uno.
ResponderEliminarLa miniatura esta barbara, muy bien lograda.
El gran fuori serie argento! no conozco mucho la historia pero se ve que era un producto de primera.
ResponderEliminarexcelente miniatura, de uno de los grandes fuori serie, fabricados en el país, lamentablemente, todos esos talleres y preparadores exclusivos, se han ido perdiendo en el tiempo, y nadie hace algo arriesgado para destacarse, si bien las fabricas han lanzado algunos edición limitada o motorizaciones epeciales, casi todos los autos, son iguales, me gusta la miniatura, y la que poseo, tiene algunos detallecitos hechos por mí
ResponderEliminarA mi gusto, era una versión bastante bien lograda, personalmente, no me gustan la parrilla y quedó medio descombinado el tablero nuevo, por otro lado, tanto el ensanchamiento de guardabarros como de paragolpes quedó muy bien logrado. Obviamente, en la mecánica, el trabajo era notable, tanto en motor como en suspensiones, aunque, obviamente, era para pocos, tanto por precio como por usabilidad (las críticas coincidían en que era un interesante deportivo, pero de suspensión dura para el conductor promedio, muy consumidor y de reacciones a tener en cuenta)Una linda sorpresa que saliera en la colección, y, a mi modo de ver, de muy buena calidad (siempre hablando de coleccionables de kiosco), quizás en la pintura mi mayor crítica, poco cubritiva en las aristas de las franquicias y un poco cargada por demás. Habría que agregarle manualmente, la pintura negra en las molduras que tenía en el techo. Saludos. Luis
ResponderEliminarAl principio no me interesó, pero hace poco lo ví en un kiosko a más de un año de haber salido y cambié de opinión, pues no deja de ser una variante interesante aunque personalmente nunca haya visto uno en la calle, así que me lo traje.
ResponderEliminarQué coche. Transformación mecánica y estética total. Me gustan mucho los escapes con salida central. Las llantas me recuerdan a las de tipo “turbina” que montaron en competición coches como el Lancia Deltona de rallies o el Porsche 962 de resistencia. Nada menos.
ResponderEliminarSaludos.
hola saludo
ResponderEliminarBuenas noches, yo tengo uno de ellos es lo que creo, coincide el tablero, tren delantero, y las modificaciones del chasis y motor potenciado, ay alguna forma de saber si es así que es uno de estos ?porque lo tuve guardado dos años y ahora lo quiero vender..cualquier cosa dejo mi contacto 3544 300975
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